Sr. Director:
El presidente Piñera rogó a San Isidro por lluvia ante la emergencia hídrica, y a la Virgen Peregrina de Fátima para que apaciguara el corazón de los violentos. ¡Ya lo oyera! De momento ha permanecido sorda, pues no ha apaciguado ella la violencia social que han ejercido quienes, inspirados en el mito de la concepción virginal, han obrado piadosos en contra de los intentos seculares de promover educación sexual y derechos reproductivos en nuestra sociedad; concibiendo la sexualidad desde el pecado y el sojuzgamiento divino. Hoy, le ofrendamos una plaga de embarazos adolescentes no planificados y una rampante epidemia de enfermedades de transmisión sexual, las que causan estragos en nuestros jóvenes, agudizando y perpetuando los ciclos de pobreza y vulnerabilidad social.
Sea, al menos, que se conmueva su sordo espíritu maternal ante el llanto inconsolable de tanta criatura inocente, que en los gobernantes no han conseguido inspirar la más mínima misericordia. O, mejor, sea que se dignen a gobernar para todos mediante principios republicanos seculares y humanistas. Al menos nos ahorraríamos adorar estatuas con honores de visitas de estado. No deberíamos andar rogando por ello.
Atte.,
─ Luis León Cárdenas Graide
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