¿Harvard dejó de considerar saludable la leche? Carta al Director de El Dínamo

por | 10 mayo, 2013

A mediados de abril recién pasado, se viralizó por Internet la noticia de que Harvard habría eliminado la leche y demás lácteos de la dieta saludable. Como suele ocurrir con las noticias alarmistas, diversos medios de comunicación amarillistas, sensacionalistas, “alternativos” y “promotores de la verdad”, no dudaron en hacer eco de ella obviando los más rudimentarios criterios de constatación de los hechos que corresponden al ejercicio serio del periodismo profesional y su rol social de información fidedigna.

Al respecto, hicimos llegar la siguiente Carta al Director al diario electrónico El Dínamo (considerando su mayor popularidad relativa respecto de otros más pequeños).

Sr. Director:

En vuestra nota del 10/04/2013, titulada «¿Vivíamos equivocados? Harvard elimina la leche y demás lácteos de la dieta saludable», uds. hicieron eco de información flagrantemente falsa.

En el informe que uds. mismos enlazaron, se lee que la recomendación es «limitar la ingesta de productos lácteos a una o dos porciones diarias», explicando el perjuicio que puede significar una ingesta mayor debido a su contenido graso; cosa que corroboran en la guía de Bebestibles Saludables, aclarando que «no hay necesidad de consumir más de uno o dos vasos diarios de semi o descremada» y que se puede reducir su ingesta siempre y cuando «se obtenga calcio de otras fuentes».

En todo caso, la afirmación presente en el artículo que ofrece como prueba «la ausencia total de productos lácteos» en la Guía de Alimentación Saludable, es llanamente errada y contrafactual, evidenciándose una grave negligencia periodística al no haberse realizado la más mínima constatación de la situación publicada, lo cual puede devenir en un perjuicio para la salud de la población que le haga caso al intentar honestamente informarse en forma fidedigna a través de vuestro medio.

Específicamente, la infografía del Plato Saludable, sí incluye lácteos.

Atte.

Luis León Cárdenas Graide
Asociación Escéptica de Chile

Naturalmente, su consumo excesivo, como el de cualquier otro exceso, nos expone mayormente a los efectos perjudiciales de algunos de sus componentes, al punto de no compensar el beneficio que nos signifiquen sus componentes beneficiosos en cantidades moderadas.

Moderación, esa vieja virtud que, en artículos como el cuestionado, dejó de ser moderada su ausencia.

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