Desmenuzando a sectas y sectarios

por | 8 junio, 2011

Una breve lectura a las entradas sobre “secta”, “manipulación mental” o “pensamiento mágico” en Wikipedia, rápidamente esbozan una idea sobre los aspectos detrás de muchas estafas, engaños y sugestiones por parte de grupos que de una u otra forma se dedican a lavar el cerebro y arrastrarnos a oscuras acciones que uno normalmente ni se plantearía realizar, además de las grandes “donaciones” requeridas a la víctima en pos de apoyar la causa. Suena como si uno voluntariamente se metiera a un grupo terrorista y financiara sus actos. Y cualquiera podría jactarse de ser suficientemente listo para no ser manipulado de esa manera. “¿Cómo es posible que me pase eso? ¿A mí? ¡Já!”

Lo cierto es que las sectas, en su sentido más destructivo (naturaleza que rara vez queda patente enseguida para un iniciado) son un buen ejemplo para empezar a comprender por qué triunfan tanto las pseudociencias. Puede que las teorías de conspiración, astrología o parapsicología parezcan mucho más inocentes que el movimiento Heaven’s Gate, cuyo líder se suicidó junto a 39 seguidores en 1997, pero lo cierto es que sus principios y mecanismos de acción son bastante parecidos. Es por ello que, a modo de un esbozo de guía “práctica”, de las que no se encuentran en Wikipedia, pretendo dar algunas pautas para detectar una posible práctica sectaria en base al lenguaje oral o escrito que les caracterice (susceptible de aumentarse o corregirse, por supuesto), a modo de vuelta de tuerca de un artículo sobre gurús de Lulú, versión escrita de una presentación de Luchostein y símil con el mini detector de pseudociencias en AECH.

Estás ante una secta si…
1) Tiene una “sustentación” de carácter espiritual, metafísico o sobrenatural (revelada en mayor o menos grado inicialmente), sin pruebas científicas que avalen tal sustento.
2) Hay una o más personas (generalmente no muchas) en el grupo, a quien/es se rinde un tipo de “adoración” o se reciben “enseñanzas” de dudosa naturaleza (ver punto 1).
3) Implica incurrir en conductas extrañas o aislarse lentamente de personas que no compartan sus creencias y/o posesiones que “ya no son/serán necesarias” (ver punto 9).
4) Remarca el “sentido de pertenencia” al grupo, ya sea forzando a su lealtad mediante promesas de beneficios para evitar su abandono, o ser amenazado ante esa posibilidad.
5) Enfatiza términos como “misión”, “deber”, “voluntad divina” o términos similares que intenten justificar sus actos como un imperativo.
6) Paulatinamente promueve realizar actos discriminadores/racistas/violentos, o que coarten la libertad, amparados en la naturaleza/objetivos del grupo (ver puntos 1 y 5).
7) Insta a atacar/negar críticas recibidas por otros, o bien no admite cuestionamientos propios hacia los postulados generales del grupo.
8) Ofrece varios beneficios iniciales, generalmente gratuitos, que posteriormente se revelan como un primer paso a “beneficios” mayores, que comienzan a ser de pago.
9) Se expresan en términos absolutos, es decir, plantean sus argumentos o beneficios de pertenecer al grupo como un hecho fáctico y totalmente garantizado.
10) Existe alguna “meta” o “beneficio final” al cual sólo se puede acceder mediante ciertos sacrificios, los cuales pueden ser de carácter más o menos peligroso.

Estás ante un líder sectario si…
1) Alega tener algún poder o habilidad sobrenatural, incapaz de demostrar.
2) Se expresa como poseedor/canalizador de un conocimiento desconocido o exclusivo.
3) Busca diferenciarse del resto a través de costumbres/elementos que le den un carácter más “iluminado” o “ejemplar”.
4) Se expresa a través de un lenguaje que mezcla ambigüedades (en cuanto al sustento ideológico) con afirmaciones rígidas (en cuanto a los supuestos beneficios obtenidos).
5) Intenta ofrecer pruebas de la necesidad del grupo, en base a sucesos externos sin correlación alguna (ej. ocurrencia de terremotos o desastres).
6) Busca obtener confianza en tu pertenencia al grupo, en base a la presentación de testimonios anteriores que “avalen” la conveniencia de pertenecer a éste.
7) Justifica la solicitud de dinero en base a la importancia de la naturaleza y objetivos del grupo, como vitales en su consecución y que se plantean como “de bien común”.
8) Basa su discurso en el control de las ideas, conducta, emociones e información en el grupo, en mayor o menos grado por cada aspecto.
9) Tiene una actitud vigilante que vela por la conducta de sus seguidores, sancionando en menor o mayor grado los actos de disidencia.
10) Apela a una idea de “salvación” que sólo podrás obtenerla o conservarla si se mantienes fiel a sus enseñanzas y contribuyes a los objetivos del grupo.

Estos elementos pueden no existir todos juntos, pero brindan una buena pauta a seguir en el momento que uno se plantee formar parte de algún grupo que, naturalmente, nunca se planteará como una secta, sino como una “instancia”, “oportunidad” o “experiencia” que de uno u otro modo contribuirá a mejorar nuestras alicaídas y vacías vidas.

Y si hasta ahora sigues preguntándote qué tan real es la peligrosidad de estas “experiencias”, un par de ejemplos impactantes: la secta Templo del Pueblo culminó con el suicidio de 914 personas tras ingerir cianuro; y el Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos, se saldó con la muerte de alrededor de 1000 personas, en una confusa combinación de suicidios y asesinatos masivos.

Por último, y para graficar qué tan amplio puede convertirse un lavado de cerebro, en un contexto que asimismo no admite disidencias, suceden casos particulares donde al más estilo de 1984 o Un Mundo Feliz, se acondiciona a un enorme número de personas hacia una doctrina, donde sus miembros no sólo son presionados para mantener esta pertenencia, sino que a veces el método es tan eficaz (especialmente al aplicarse desde la infancia) que pronto comienza a adoptarse este nuevo conocimiento a la vida diaria. Ejemplos tan sencillos como extremos, son el régimen nazi y la actual Corea del Norte, donde pueblos completos han tomado el rol de seguidores de crueles líderes, y de paso son una versión altamente eficiente de una secta peligrosa a gran escala. Al extremo de mostrarse muy -¿exageradamente?- afligidos tras la muerte de su déspota líder:

Es de esperar, pues, que si no deseamos repetir estas escenas en nuestras latitudes, se parta por frenar a los crecientes grupúsculos que -hasta ahora- rondan impunes vendiendo su misma apolillada pomada de salvación, paz y amor. A un módico precio.

Para más información sobre esta temática…
Los 10 cultos o sectas más peligrosas y extrañas
Red de apoyo a víctimas de sectas
Índice de Maldad: Líderes de sectas