Por qué elijo apostatar

por | 17 febrero, 2012

Años atrás, trabajaba para una pésima AFP (Administradora de Fondos de Pensión) intentando convencer al prójimo de cambiar de afiliación. Un día llegó el jefe de mi jefe y me preguntó por qué estaba afiliado a otra AFP. De inmediato me “solicitó” que me cambiase. Ingenuamente, pregunté la razón, dando entender que mi libertad de elección estaba en juego. El jefe me dijo que debía ser por razones de ética: “si usted dice que nuestra AFP es la ‘mejor’… ¿no debería al menos usted estar en ella?

Ese día descubrí que la identidad que yo tengo está asociada a distintas cosas y que estas cosas no siempre me importan. Yo soy un chileno:

 

  • ateo,
  • profesional,
  • moreno,
  • chuncho,
  • santiaguino,
  • “hijo de Bello”,
  • izquierdoso.

De todas las características que componen mi identidad, yo he elegido la mayoría. Es cosa de preguntarles a ustedes —como cuando chateamos—: “¿Qué son ustedes?” (respóndanme en sus mentes). Apuesto que inmediatamente aparecieron sus preferencias para ser identificado. Es cierto… puedo cambiar mi nacionalidad, mi profesión, mi ciudad, etc., pero no siempre son las características que me importan.

Sin embargo, respecto a la religión, tenemos un gran problema, pues existía un antiguo y gran debate en las reuniones de AECH. Dos grandes y tradicionales posturas:

  • ¿Debemos, los escépticos bautizados católicos, hacer una apostasía parasalir de la iglesia, con todos los costos que implica, y sincerar nuestra situación?
  • Hacer una apostasía «legal», o trámite interno dentro de la iglesia, ¿implica darle importancia o reconocimiento a esa institución, cuando en realidad no nos interesa ni necesitamos hacerlo si es obvio que al declarar nuestro escepticismo o ateísmo, no comulgamos con ella?

Tras muchas y largas discusiones nos encontramos ante varias situaciones. Una, es que si la iglesia tiende a decir que estamos en un país católico, con todo lo que esa declaración termina implicando en la vida social, no es precisamente por esos pocos cientos de personas de cada barrio que llega a misa los domingos. Probablemente va más gente a los estadios, a los parques o a las otras iglesias (evangélicas,). Si lo dicen es porque tienen en sus registros a la mayor parte de la población del país. No importa que sean “católicos” a la chilena. Es decir, que solo vayan a la iglesia a bautizar al niño, luego para tener la dicha de casar a la novia de blanco y, finalmente, para rezar y no aburrirse durante el velorio.

Viene el censo 2012 y, por un efecto de inercia, la gente dirá: “soy un ‘bautizado’ católico“ y, como paradigma que eso es, no se percatará de que en realidad no es católico. En realidad, nunca va a una misa que no sea un Te Deum o funeral, no es parte del rebaño que hace procesiones, peca diariamente al convivir o tener relaciones con su pareja, usar condón y anticonceptivos, no defiende a los curas pederastas o vota por partidos políticos ateos, etc.

Esa persona es tan católica como chilena, sudamericana, del siglo XXI y morena, es decir, como esa parte de la identidad que no eligió. Es cierto que, en un ejercicio de libertad, puedo cambiar de nacionalidad, región que habito y teñirme el pelo. Entonces, si ya no creo en la iglesia, ¿por qué permito que ésta me esgrima como parte de su total?

Para los que tenemos la segunda postura, es decir, que ya el apostatar es solo un trámite interno e innecesario dentro de la iglesia, nos mueve una idea que es concordante: ¿qué tal si hacemos público y en forma colectiva nuestra apostasía? Solo voy a hacer la apostasía como un tema público y político, o sea, no en privado “con mi iglesia”, como si acaso me importara la opinión de “mi iglesia”. No…, yo haré mi apostasía solo si es algo masivo y colectivo.

Ahora bastó con fijar una fecha adecuada, preferiblemente antes del Censo, para tener un impacto político, sumando a otras personas que también son “parte” de la iglesia y pertenecen a otras congregaciones. Así fue como decidimos que este domingo 1 de abril de 2012 podríamos juntarnos en la Plaza de Armas a las 12:00 con los documentos de apostasía en mano para llevarlos a la iglesia todos juntos.