El mensaje es simple: “piensa positivo y lograrás todo lo que siempre has soñado”. Es maravilloso, ¿cierto? Parece algo que dirían los Cariñositos o Barney el Dinosaurio.
Sin embargo, esta es una frase que hoy en día se les dice a los adultos. ¡Y les encanta! Hay toda una industria que utiliza la frase casi como slogan, tratando de convencer a la gente de que TODO lo que se necesita para ser feliz es pensar positivo.
Bueno, siento informarte que, si ganas dinero con esto, te convertiste en un personaje digno de nuestra Lista de Charlatanes.
Pensando positivo
Ya sé lo que piensas: este escéptico amargado cree que se las sabe todas y ahora ni siquiera nos deja pensar positivo. ¡Qué horror! Si eso creíste, déjame aliviarte: mi mensaje no va por ese lado…
Soy un gran promotor del pensamiento positivo. Creo que, cuando uno piensa positivo, tiene más entusiasmo y alegría y eso, de alguna manera, se “transmite”. La gente percibe esos sentimientos y los relaciona contigo, lo que te hace una persona más agradable y, por lo tanto, también posiblemente más exitosa.
A los seres humanos, en general, nos gusta rodearnos de gente positiva, alegre y que te anime el día. Cualquiera que haya tenido un amigo con depresión sabe que hay un límite de lo que uno puede soportar de “negatividad”.
También el pensar positivo te permite buscar tus metas con más ánimo y perseverancia, lo que aumenta tus probabilidades de alcanzarlas. Si piensas “voy a conseguir una pega y no me voy a detener hasta conseguir una”, es bastante probable que lo logres. Pero si, por otro lado, te hundes en autocompasión pensando que “la economía está pésima y este mercado es horrible y nunca voy a encontrar nada”, probablemente no tendrás éxito.
Todo lo que dije recién es básico y, de una u otra manera, todos lo sabemos en algún nivel. Se nos olvida a veces, pero en el fondo lo sabemos. Ser positivo es una herramienta espectacular para tu éxito social, romántico y hasta profesional.
Creo que se nota que no tengo nada en contra de pensar positivo. Entonces, ¿por qué escribo este post en contra de esta moda que tomó cuenta de nuestro país (y gran parte del mundo occidental) llamado “El Secreto”?
Como si fuera magia
Si tuviera que resumir mi problema, te diría que me molesta el “facilismo” que propone: “Dame tu dinero y te diré el secreto: piensa positivo y todo se solucionará mágicamente”. ¡Y no es chiste!
Según el documental “El Secreto” (2006) y su precuela “What The Bleep Do We Know” (2004), el “universo se encarga de resolver tus problemas”. Claro que, para engrupir, te disparan afirmaciones de que la física cuántica lo avala. Así suenan inteligentes y científicos. Y lo mejor es que, como casi nadie entiende ni lo más básico de física cuántica, es relativamente simple abarcar este tema como si supieras de qué hablas. Pero mejor no profundicemos en este tema, ya que da para otro artículo completo.
Volviendo a la solución mágica de los problemas, en “El Secreto” llegan a comparar el universo al genio de la lámpara de Aladino (lo puedes ver en 00:51 de la sinopsis de más arriba). El Universo es así de poderoso y generoso y, si te sabes los trucos, cumple todos tus deseos. ¿Y qué tienes que hacer para que este genio te cumpla los deseos? Ya lo adivinaste: pensar positivo. Nada más…
Pero pensar positivo tiene su “maña”, eso sí. No basta con pensar “ya no quiero estar soltero”. Es necesario concentrarse en que “quiero conocer una persona que me ame y que sea maravillosa”. Según la ley de atracción – esa teoría física que lo une todo, pero que los científicos son muy cerrados como para estudiar – si piensas algo negativo, como “estar soltero”, solo vas a atraer más soltería. En cambio, si piensas en una persona interesante, te rodearás de personas interesantes. Y esto, extrapólalo a todo tipo de petición.
Y no funciona sólo con cosas importantes como trabajo o relaciones de pareja, sino que la ley de atracción te ayudará con cosas pequeñas también, como lograr un buen estacionamiento en el mall o supermercado. Si piensas positivo y visualizas muy bien un espacio vacío al lado de la entrada, ahí va a estar para ti, como arte de magia. Así de maravilloso es el tema…
Deidad cuántica
Resumiendo en pocas palabras: si piensas de una forma específica, el universo te va a recompensar y atraerá lo que pidas. Si piensas negativo, el universo te castiga sin cesar con sucesos negativos. El pensamiento positivo constante y de forma correcta, hará que tu vida será un mar de rosas. El pensamiento negativo constante hará con que tu vida sea un infierno.
¿Pero y si, por ejemplo, piensas positivo y no pasan las cosas que quieres que sucedan? ¿No es obvio? La culpa es tuya. No estás pensando de la forma correcta.
Pongamos que un día, de la nada, pensando positivo, conoces a una persona muy simpática, con quien empiezas a pololear y, poco después, te contratan en un buen trabajo. Sin duda, estás en una buena racha. Y entonces, ¿a quién le tienes que agradecer? ¡Al Universo, obvio! ¿A quién más?
Y es que la relación es obvia: quise algo, me concentré y, cuando finalmente lo hice bien, el Universo me entregó lo que quería. O sea, hice A y luego sucedió B, por lo tanto, A causó B. Cuando uno cree en la ley de atracción y quiere que ésta sea real, ve una relación causal entre dos hechos sin conexión alguna y le otorga el crédito al Universo y al “Secreto”.
Esa es mi molestia con este tipo de creencias. Te prometen el cielo y la tierra y luego, si no funciona, es culpa tuya. Pero si resulta, es gracias a ellos. No pierden una.
Las personas que creen en esto muchas veces no se dan cuenta que pasan a creer en una especie de deidad que te recompensa y castiga por pensar de esta u otra forma. Porque no es que simplemente, si piensas positivo, te pasan cosas buenas. El Universo en sí SE ENCARGA de que esas cosas buenas sucedan en tu vida. Y hace lo mismo con las malas. Es bastante proactivo…
Lo anterior implica, necesariamente, que existe algún tipo de ser o energía inteligente que controla el universo y que, de forma caprichosa, te da o te quita según la forma en la que piensas, sin importar tus buenas intenciones o tu buen corazón. Eso le importa un bledo al Universo, al parecer…
El problema de esta creencia
El gran problema de creer firmemente en este tipo de cosas es que ofrece soluciones a todos tus problemas, dándote una píldora mágica y simple de digerir, que hará que todo lo malo de tu vida desaparezca.
Cuando no resulta, terminas peor aún, ya que fallaste en pensar positivo. Tenías las herramientas para ser feliz y las desperdiciaste. Y eso al final puede llegar a causar aun más daño.
Y ojalá fuera todo. Mejor ni entremos a analizar el hecho de que, en “El Secreto”, mencionan que hasta puedes llegar a curarte de cáncer tan solo pensando positivo. Este es otro tema en el que prefiero no profundizar, ya que también da para artículo completo, pero basta con decir que es un absurdo muy peligroso.
Piensa positivo, pero sin supersticiones
Como dije al principio, pensar positivo hace bien. Existen estudios de diversos tipos que indican que el optimismo (que es una forma de pensamiento positivo) puede influenciar el desarrollo de enfermedades fatales (como puedes ver aquí y aquí), además de promover un estilo de vida más sano. Pero eso no quiere decir que te vas a sanar mágicamente solo con buen ánimo. Necesitas también un médico y tratarte como se debe…
Pensar positivo logra que seas más agradable, pero no vas a ser más interesante de forma mágica solo por pensar que lo eres. Tienes que leer, ver cosas, vivir la vida y tener cosas interesantes que compartir. Combate la fuente de tu timidez e inseguridad y sale del cascarón.
Piensa positivo, pero básate en la realidad. Si tienes 50 años y quieres aprender chino, hazlo pero siempre consciente de que jamás vas a hablar chino como un chino (valga la redundancia). Tu cerebro ya no es capaz de aprender como cuando eras joven y ningún pensamiento positivo en el mundo va a cambiar ese hecho.
Pero no porque no vivas en un mundo de fantasías, vas a ser negativo. ¡Todo lo contrario! Sigue tus sueños, pero mantén los pies sobre la tierra. Trabaja duro y no esperes favores divinos. Y cuando logres tus objetivos, date el crédito a ti mismo y no al universo. Es bastante más gratificante, ¿no crees?
No te prometo felicidad eterna ni la solución a todos tus problemas. ¡Ni de cerca! Pero al menos vivirás en el mundo real, sabiendo que dependes solo de ti y tus seres queridos, sin soluciones mágicas. Puede que éste sea un mensaje menos atractivo, pero en la práctica verás que es mucho más útil si tu finalidad es cumplir tus metas en la vida…