Por Benjamín Carvallo Carvallo
Lo que pretende este artículo (que por motivos de extensión se encuentra en formato PDF) es analizar las inconsistencias de los aspectos de la doctrina católica que han fundamentado históricamente el poder de la Iglesia y el resto de su doctrina. La Iglesia Católica afirma ser inspirada por su dios, al igual que sus textos fundacionales, que junto a la tradición, constituyen su fuente de Revelación, una serie de creencias que, según su credo, son verdades no sujetas a error ni a revisión. Es por ello necesario revisar y analizar las inconsistencias de tales dogmas, atendiendo al poder que tiene la Iglesia Católica, incluso hoy, en países como el nuestro. Pero esta revisión es necesaria principalmente porque la Iglesia, que se autoproclama inspirada por el Espíritu Santo y administradora de su supuesto dios y su supuesto paraíso, ni siquiera es ni ha sido nunca un “destilado de virtud” precisamente. La influencia de esta institución en la sociedad, incluso política, se basa en creencias tan dudosas como mismos los textos bíblicos, así como en una falta de visión histórica sobre los orígenes del cristianismo. La iglesia Católica es, en resumidas cuentas, el mejor ejemplo de cómo una religión sin fundamento alguno sostiene y asegura el poder político y económico de una casta sacerdotal. El dogma de la infalibilidad papal, la conformación del cánon bíblico, el papel de San Pablo en la invención del cristianismo, los abusos sexuales a menores por parte de ministros católicos y las prescripciones de conducta nocivas, tanto del Antiguo Testamento como de la doctrina católica actual, son algunos de los elementos que contiene este ensayo, que fue escrito simulando una pieza dramática para acentuar el absurdo de las creencias católicas.
Iglesia absurda en tres actos
Benjamín Carvallo Carvallo
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