Homeopatía: Cómo comprarla sin intoxicarse en el intento

por | 11 febrero, 2011
La Homeopatía es sólo agua,
cuando es de verdad Homeopatía.

En resumen, no lo intente. Si busca Homeopatía, lo más probable es que termine comprando cualquier cosa.

Durante nuestras averiguaciones como AECH para participar en el evento mundial 10:23 del Suicidio por Sobredosis Homeopática, junto con Bayo recorrimos varias «farmacias» homeopáticas y «naturistas» consultando por «medicamentos» homeopáticos para borrar nuestra existencia de este planeta. Esperando descaro y estafa, más bien nos encontramos con peligrosa ignorancia por parte del personal que vende estos productos en farmacias Hahnemann, Knop y Serey, quienes también confunden Homeopatía con Fitoterapia.

Buscando un frasco con «nada»

Hamamelis virginiana

Sabíamos que la «gracia» de la Homeopatía consiste en disolver un principio activo tantas veces hasta quedar con absolutamente nada de él, salvo solamente solvente. Para disoluciones que sobrepasen una parte en 10^23, las ciencias químicas reconocen la improbabilidad de encontrar siquiera una sola molécula del principio activo en aquella solución, para un mol de soluto.

Tras un sondeo de mercado, llegamos a elegir Hamamelis, una planta que ofrece propiedades astringentes, y que en fitoterapia pueden indicarla para picaduras de insectos, irritaciones por afeitado y hemorroides.

Más que por necesitarla para alguna afección personal en particular ;), la elegimos porque la encontramos a un precio asequible ($900 CLP, ~2USD) en disolución C200, esto es, una parte de compuesto activo por cada 100^200 = (10^2)^200 = 10^(2 x 200) = 10^400 partes de solvente. Al presentarse en gránulos, nos permitiría dar un efecto más dramático al Suicidio y tal nivel de disolución nos aseguraba que no pasaría absolutamente nada, nada de nada. Aquí concordamos con nuestro Ministerio de Salud al afirmar que son medicamentos más baratos que otras medicinas científicas de efectividad comprobada, pero la Subsecretaria de SaludLiliana Jadue Hund, nos deberá conceder que son de las cucharadas de azúcar más caras del mercado.

Prácticamente nada

Para que se haga una idea, el Universo tiene un diámetro aproximado de 93.000 millones de años luz, esto es, unos 8 x 10^26 metros de «diámetro», lo que da unos 2,6 x 10^80 metros cúbicos de volumen (asumiendo forma «esférica», si es que algo así puede tener sentido). Por otra parte, en cifras redondas, un átomo de Hidrógeno tiene un diámetro de 1 x 10^-10 metros, lo que da unos 5 x 10^-31 metros cúbicos de volumen (esférico). Obviando el espacio que queda entre esferas al llenar un recipiente, C200 átomos de Hidrógeno pueden ocupar 5 x 10^369 metros cúbicos. Es decir, aproximando groseramente el tamaño de una molécula de Principio Activo al de un átomo de Hidrógeno, para encontrar una molécula de ese componente en una disolución C200, haría falta disponer de unos 10^289 Universos. Quizás los escépticos practicantes de un Suicidio Homeopático en el Universo de al lado tengan peor suerte que nosotros. Tengan sus difuntos mi sentido pésame.

Cuando se encuentra algo

Sin saber a priori qué elegir, sucesivamente le fuimos pidiendo a las dependientas un «remedio» homeopático para el insomnio. Automáticamente nos entregaban un frasco de fitoterapia en base a extractos de Melissa y afines, a veces rotulado como homeopático. Al revisar los ingredientes, encontramos extractos en cantidades significativas en torno a los milígramos, ofrecidos en disoluciones entre D2 y D5. Una sobredosis de estos bien podría haber sido fatal. Homeopáticamente, habrían sido disoluciones «débiles» (pues más «potente» sería mientras mayor disolución tuviese).

Hamamelis C200
Farmacias Homeopáticas Serey

A una dependienta le consulté qué diferencia hace una Hamamelis en disolución C200 respecto de otra menos disuelta. Quedé en una pieza cuando me respondió que la C200 se utiliza para afecciones que llevan mayor cantidad de tiempo sin mejorar, no así aquellas menos disueltas, que son para afecciones más recientes. La dosis era de un frasco a la semana, disminuyendo a dos semanas o tres semanas en la medida que fuese mejorando. En un caso muy complicado que le habría tocado, llegó a usar un frasco cada tres días. ¿Qué habrá sido de aquel pobre enfermo? Dada la cifra, decidimos suicidarnos tomando tres frascos al hilo. A Bayo le gustaron tanto que consumió cuatro.

Cabe destacar la ínfima rotulación del frasco que compramos en Farmacias Homeopáticas Serey, donde sólo se ilustraba el nombre del (inexistente) «compuesto», la disolución, la fecha de vencimiento y el número de registro en el Instituto de Salud Pública.

Kalium phosphoricum C-200
Homeopatía Alemana Knop

Durante el Suicidio por Sobredósis Homeopática, hubo también quienes consumieron Kalium phosphoricum C-200, de Farmacias Knop.

¿Cuánta Salud nos protege el Ministerio?

«Acercar la salvd a la gente»
Litografía en lobby del MINSAL

Habiendo reconocido la práctica homeopática en nuestro país a través de su Decreto Nº 19, cabe interpelar al Ministerio de Salud ante las siguientes situaciones que consideramos que atentan contra la salud de nuestra población:

  • La Homeopatía suele ofrecerse con Publicidad Engañosa, pues:
    • Es una pseudociencia indistinguible, por ejemplo, del vudú, basada en principios completamente obsoletos (siglo XVIII) y contrademostrados hace rato por la ciencia,
    • Proclama evidencia científica que no es efectiva, pues no ha satisfecho ningún estudio clínico bien hecho,
    • No contiene los Principios Activos publicitados,
    • De haberlos, tales Principios Activos no necesariamente curan lo que prometen.
  • La Homeopatía conlleva un riesgo epidémico al existir las así denominadas «vacunas homeopáticas«, que prometen protección en contra de patógenos provocantes de MalariaPolio, Tuberculosis, etc., mediante una simple inyección de agua; ni qué hablar de las promesas de curación del cáncer, del SIDA o de diversas afecciones psiquiátricas.
  • No hay una efectiva derivación a médicos profesionales por parte de terapeutas y farmacéuticos. Esto requiere fiscalización.
  • Se distrae a la población de los tratamientos científicos demostrados, con las siguientes consecuencias:
    • Pérdida de tiempo y dinero,
    • Eventual agravamiento de enfermedades perfectamente tratables con medicina de verdad,
    • Riesgo vital como consecuencia de lo anterior.
  • Se desperdicia recursos económicos escasos en terapias demostradamente inútiles,
    • restando posibilidades de investigación y desarrollo en terapias que sí funcionen y
    • restando recursos para la cobertura de enfermedades tratables.
  • Adolece de rotulación inadecuada, ya que:
    • No indican todos los componentes que tienen (incluyendo excipientes, que es lo único que traen),
    • No indican contraindicaciones (como lo puede ser el azúcar para un diabético),
    • No hay clara diferenciación entre productos Homeopáticos y productos de Fitoterapia.
    • Se vende de la mano con fármacos de verdad en farmacias, parasitando de la confianza que los pacientes puedan tener en la calidad de los productos vendidos en este tipo de establecimientos.
  • Hay dudosas garantías de calidad como producto industrial. Se requiere certificación por parte de laboratorios respecto de buenas prácticas de elaboración, manipulación y comprobación clínica.

Ya que el Colegio Médico ha brillado por su ausencia, interpelamos al señor Ministro de Salud, Jaime Mañalich, ¿corresponde que se reconozca como legítima la práctica de una pseudociencia que no sólo no cura, sino que por la omisión que induce, también mata?