Seis mitos (de los creyentes) sobre los escépticos en relación a la ufología

por | 30 mayo, 2010

Por Sergio Sánchez S.

Usted los ha oído miles de veces. Dicen que los escépticos comen guaguas, son cerdos ateos sin espíritu, duermen menos horas de las normales y probablemente tengan colmillos más desarrollados.

¿Será tan cierto?

1.- LOS ESCÉPTICOS NIEGAN LA VIDA EXTRATERRESTRE.

Falso. El escepticismo se refiere a los contenidos de la ufología, es decir, a las “evidencias” aportadas por los ufólogos para dar peso a sus afirmaciones. El hecho de que se niegue valor a tales evidencias no implica una negación de ninguna de estas posibilidades:

1.- La de que exista vida en otros planetas.
2.- La de que haya vida extraterrestre inteligente.
3.- La de que existen civilizaciones extraterrestres con altísimo desarrollo científico, intelectual y tecnológico.
4.- La de que tales civilizaciones entren en contacto cono nosotros.

En lo personal, si bien descreo de la ufología en cuanto conjunto de pruebas sobre la presencia extraterrestre en la Tierra, soy un convencido de que la vida es abundante en el vasto Universo. Como decía Carl Sagan, reconocido astrofísico y escéptico sobre los OVNIS, si no hubiera vida extraterrestre sería “un inmenso derroche de espacio”.

Por otro lado, cansa repetir que la hipótesis ET no es la única, aunque sí es la predominante. Por ello, el escepticismo ufológico se extiende hacia las otras conjeturas (intraterrestres, viajeros del tiempo, etc.), no porque considere intrínsecamente absurdas tales ideas, sino porque son innecesarias para explicar el conjunto de hechos de que habla la ufología.

Si se produce un incendio forestal, por ejemplo, es obvio que no puedo descartar absolutamente la posibilidad de que haya sido un dragón el responsable. Pero también es obvio que resulta más probable que el causante haya sido un pirómano o un turista irresponsable que un dragón lanza-fuego.

Señalo esto porque siempre escucho la siguiente “objeción” al accionar de los escépticos: “¿por qué niega la vida extraterrestre?”, “¿por qué cree que somos los únicos en el Universo?” La respuesta que se impone: ¿y quién niega lo uno o lo otro? O, mejor aún, ¿qué relación comprobada –no meramente simbólica o cultural- tiene la ufología con la exobiología?

2.- SI SE DESCUBRIERA VIDA ET SERÍA UNA DERROTA DE LOS ESCÉPTICOS (Y UN ESPECTACULAR TRIUNFO DE LOS UFÓLOGOS)

Falso de falsedad absoluta. Los escépticos sólo sostienen que los ufólogos creen en un fenómeno cuya existencia original no está comprobada y que la evidencia aportada es endeble. Eso es todo. No se niega a priori la posibilidad de que se descubra vida en otros cuerpos celestes.

Si se descubre… ¡excelente! Sería uno de los más grandes sucesos de la historia de la ciencia y del pensamiento en general, un acontecimiento de la máxima de importancia, así que nadie debería sentirse “derrotado”. Recuerdo que en una ocasión Philip Klass decía que si se comprobaba un caso como la evidencia definitiva de intervención de inteligencias extrahumanas, bueno, pues él sería él primero en celebrarlo y pregonarlo a los cuatro vientos.

¿Un triunfo de los ufólogos? Para nada. Pues el hecho de que se descubra vida ET no implica necesariamente una confirmación del aserto fundamental de la ufología: que ciertas observaciones, y experiencias inusuales, serían la prueba de actividad extraterrestre en nuestro propio mundo.

Yo puedo negar que existan lobos marsupiales en Sudáfrica; puedo sostener que la evidencia aportada en tal sentido es insuficiente y puramente anecdótica; pero si se publica la noticia –confirmada por los zoólogos– de que encontraron uno en Tasmania (recordemos que se le considera extinguido desde hace sesenta años), eso no implica un espaldarazo para los que decían verlos –y verlos a raudales, con frecuencia alucinante– en Sudáfrica. Sé que esto es demasiado obvio, pero ya sabemos como razonan algunos entusiastas…

Por cierto, hace poco encontré una supuesta noticia en Internet, lo que me permite refrescar algunos conceptos que se relacionan con este punto. Allí se decía que el Telescopio Espacial Hubble había fotografiado una nave ET. Y el tono desafiante del ufólogo que daba la exclusiva se resumía en un insufrible tono triunfalista: “ahora los escépticos tendrán que dar muchas explicaciones”. Vaya zarandaja.

Si esa noticia fuera efectiva –cuestión harto dudosa si consideramos la fuente– ello no implicaría de ningún modo una confirmación de lo que han venido diciendo los ufólogos a lo largo de las décadas. Sería subirse al carro de la victoria, pues se trataría de asuntos sin conexión entre sí. Es absurdo suponer que un descubrimiento semejante legitimaría ipso facto las memeces, fraudes y patinazos de individuos como Fabio Zerpa, Jaime Rodríguez, Jaime Maussán o Juan José Benítez.

3.- LOS ESCÉPTICOS SON UNOS GEOCÉNTRICOS, QUE SE CREEN EN EL CENTRO DEL UNIVERSO, COMO SI FUÉRAMOS LOS ÚNICOS…

He leído varias veces esta perla. En realidad, mucho más geocéntrico es creerse objeto de visitas de cientos de naves alienígenas, de ETs de distintas razas, etcétera. ¡¡Toda la Confederación Galáctica en torno nuestro!! Ese sí que es geocentrismo.

Pero ese geocentrismo es insignificante… al lado del egocentrismo de los que sostienen que los ETs les vigilan a ellos, que les dejan pistas sólo a ellos, que viajan miles o millones de años-luz para hacerles guiños a ellos. Curioso, ¿no?

4.- LOS ESCÉPTICOS SON UNOS INQUISIDORES

Pamplinas. No me cansaré de repetirlo: escéptico es “el que duda”. Los inquisidores, en cambio, eran fervorosos creyentes en los postulados de una religión bien determinada, con sus dogmas y su elaboradísima teología. Sólo los que creen con demasiada e intransigente seguridad pueden mandar a la hoguera a alguien.

Pero, al acusar a los escépticos de inquisidores, los ufólatras se revisten del manto de víctimas, de incomprendidos por el orden establecido, de mártires de la ciencia inclusive. Y comienzan las invocaciones a Galileo Galilei y hasta a Giordano Bruno. Pero, ¿quién persigue a los ufólatras?

Las creencias ufológicas son dominantes en los medios masivos de comunicación, en la televisión, en el cine. Vemos desfilar “grises”, “ebes”, visitantes de dormitorio y platillos volantes por doquier. Los temas ufológicos son parte de una vasta cultura popular y de un rentable negocio.

Muchos “investigadores” viven a costa del tema y aumentan sus cuentas corrientes gracias a la credulidad ajena. Cuando hay debates televisivos, los escépticos brillan por su ausencia o, si los invitan, cumplen un rol secundario y minoritario, sujetos a interrupciones y hasta a los abucheos del público (en la TV mexicana eso se vio muchas veces). Así que, de inquisidores y heraldos de la ciencia, nada…

5.- LOS ESCÉPTICOS SON PAGADOS POR LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA, A FIN DE CONTRIBUIR AL OCULTAMIENTO DE “LA TERRIBLE VERDAD”

No se extrañe, que algunos se lo creen de verdad. Ojalá fuera cierto que pagan. Para mí sería el fin de todas mis deudas y así podría dedicarme en serio a la investigación de campo y a las “Alertas OVNI”, sin que nadie pudiera acusarme de “ufólogo de salón”. Recuerdo que Salvador Freixedo acusaba al difunto Klass de estar pagado por la CIA. Y hasta a nuestro buen amigo español, Vicente-Juan Ballester Olmos, se le dijo que estaba comprado por los servicios de inteligencia de su país.

Ballester Olmos es, a no dudarlo, uno de los ufólogos más prestigiosos del mundo. Su extensa bibliografía debió servir de modelo para la nueva generación de investigadores y ya sabemos el nivel académico de sus publicaciones. Pero hay algo que J. J. Benítez y sus acólitos no le perdonarán jamás; me refiero, claro está, al proceso de “Desclasificación OVNI” del Ejército del Aire español.

Ballester Olmos, que fue –junto a Joan Plana– uno de los gestores del proceso de apertura, cometió el imperdonable pecado de no repetir lo que se espera que diga todo ufólogo: que la desclasificación fue manipulada y que seguía ocultando información al público. O sea, Ballester Olmos no quise levantar misterios artificiales. La vendetta ha sido vil, pues desde Manuel Carballal hasta Bruno Cardeñosa (ni hablar de Benítez) le han declarado un enemigo público número uno de su causa platillista, escribiendo infames descalificaciones en su contra. Por supuesto, son ataques personales, pues no se toman la molestia de refutar a Ballester Olmos (en ese terreno la cosa se pone más compleja, por supuesto).

6.- LOS ESCÉPTICOS… NO LO SON REALMENTE, PUES “CREEN” EN LAS HIPÓTESIS QUE NIEGAN LA EXISTENCIA DE LOS OVNIS COMO FENÓMENO ORIGINAL.

Ignoro por qué este ramplón sofisma ha gozado de tanta audiencia. Se trata de un argumento esgrimido por Jean Sider contra la “hipótesis psico-social” y sus defensores. Si uno la examina con cuidado, descubrirá rápidamente la debilidad de esta ocurrencia. Sider se va por las ramas y olvida que el escéptico-tipo al que cuestiona, lo es respecto de la ufología: a eso se refiere su escepticismo y no necesariamente a todo lo demás. Se puede descreer de los OVNIS, pero simultáneamente creer en el amor.

Sergio Sánchez S.
navelocos.blogspot.com

Sobre el artículo
Artículo publicado originalmente en La Nave de los Locos