Toda esta historia de que el cometa C/2010 X1, apodado Elenin, podría provocar una serie de cataclismos en la Tierra comienza con una observación de coincidencias. Alguien se dio cuenta de que durante algunos terremotos importantes este cometa estaba en una línea aproximada con otros cuerpos del Sistema Solar. No en todos los terremotos importantes; no siempre con los mismos cuerpos del Sistema Solar; y con una calidad de alineamiento que si se hubiera tratado de tirar al blanco en una feria no nos hubiéramos ganado ni un chicle. Pero, ¿qué más da? ¿Acaso eso detuvo a los profetas del fin del mundo cuando quisieron ponernos nerviosos por las “superlunas”?
Uno de los que en Chile se encargó más activamente de difundir estas ideas y contribuir a sembrar el miedo fue Juan Andrés Salfate. En esto tuvo, como siempre, la complicidad de La Red, aunque los demás canales de televisión no se quedaron atrás con su rarísima selección de autodenominados «expertos» y su tendencia a poner una explicación científica al nivel de cualquier otro comentario sobre un fenómeno físico, lo cual deja a mucha gente, y especialmente a familias de escasos recursos, completamente confundidas, sin saber a quién creer. Lo que ha pasado con muchas personas estos días, que se han dedicado a juntar agua, comprar provisiones y en general invertir sus pocos ingresos en prepararse frente a esta «amenaza» ilustra tristemente lo que quiero decir.
Si bien Salfate dice muchísimas cosas incorrectas, equivocando datos y términos durante sus explicaciones, una de sus afirmaciones más curiosas la hizo cuando hablaba del tema del cometa. El admitió que estos anuncios emanan de una pseudociencia, pero su conclusión fue que de todos modos vale la pena tomarlos en cuenta. ¿Usted entiende lo que es una pseudociencia? Inventemos una, a ver si me acompaña en mi sorpresa frente a lo que dijo Salfate:
A mi gata le gusta algunos días despedirme parándose en un mueble que está al lado de la puerta de mi departamento. Otros días no hace esto y simplemente me mira desde el suelo. De las veces en que ha estado parada al lado de la puerta, en dos ocasiones en Antofagasta ha llovido. Vamos a dejar de lado los cientos de veces en que la gata se paró en el mismo lugar y en Antofagasta no pasó nada especial. Nos fijaremos sólo en el rarísimo evento que es un día de lluvia en Antofagasta, y en que justo ese día la gata haya estado de pie en ese mueble. Para saber cuándo lloverá, siguiendo la lógica de Salfate debemos “tomar en cuenta” la posibilidad de que mi gata esté prediciendo los días de lluvia. A esto le llamaremos la «gatoclimatología» y empezaremos a difundir esta información en la red.
¿Ve dónde está el error? Encontrar coincidencias es fácil. Lo que hace a las coincidencias algo especial es cuando son físicamente significativas, y esto es algo en lo cual sólo la ciencia puede despejar la paja del trigo. Si bien en mi pseudociencia inventada a usted se le hace fácil ver el problema, esto parece más difícil de hacer si hay cuerpos astronómicos involucrados. Pero ¿sabe? la mayor diferencia entre mi ejemplo y la vida real, es que le estoy hablando de un gato, que es algo que usted ve a diario y entonces puede dimensionar el absurdo que le estoy tratando de vender. Si le cambio las palabras y en lugar de gato le pongo “cometa” y agrego en medio algunas palabras deslumbrantes como “resonancia”, “vibraciones”, “energía”, uno que otro nombre extranjero y salpico un par de palabras terminadas en “logía” la cosa parece mucho más difícil, pero en el fondo es lo mismo. Quizás le ayude si, igual que con el gato, usted puede dimensionar la escala del problema cuando hablamos de este viaje del cometa por el Sistema Solar.
Los cometas son muy pequeños. Elenin mide (o medía) unos 4 km de diametro. Como comparacion, la Tierra mide 12 mil km de diámetro y la Luna mide unos 3400 km de diámetro. Si ponemos las cosas a escala, suponiendo que la Tierra fuera del tamaño de una pelota de fútbol, entonces la Luna sería como una naranja a unos 12 metros de distancia de la pelota y el cometa sería como una mota de polvo que habría que ver con un microscopio y que estaría, en su máximo acercamiento, a unas 8 cuadras de la pelota de fútbol. Es pequeño ¿verdad?
Por otra parte, la influencia de unos cuerpos sobre otros en el Sistema Solar tiene que ver con su masa y, más todavía, con su distancia. Dado el tamaño del cometa y su baja densidad (¡son más livianos que el agua!), su masa es también muy baja, por lo que podemos imaginarnos que su posible efecto en la Tierra o en cualquier otro cuerpo es casi nulo. Pero eso no es todo. Un cuerpo grande como la Luna tiene efecto en el mar porque el mar es un material fluido, que no tiene gran rigidez interna. En un cuerpo sólido como es la corteza terrestre la Luna casi no hace ninguna influencia, a pesar de que la Luna se encuentra a tan sólo unos 400 mil km de nosotros (lo cual es nada en escalas astronómicas). Pensemos ahora en el cometa: En su punto de mayor acercamiento a la Tierra, el cometa iba a estar a poco más de 30 millones de km. Sin embargo, cuando se supone que ya habría causado efectos gravitacionales en la Tierra, éste se hallaba a unos 300 millones de km, diez veces la distancia de máximo acercamiento. No nos preocupa la naranja a 12 metros de distancia, pero nos preocupa una mota de polvo a 80 cuadras…
Quizás es más claro ver esto con números concretos: En su punto de máximo acercamiento el cometa estaría haciendo una fuerza sobre la Tierra de unos 100 kilonewton. ¿Cuánto es eso? Si usted va en la carretera a 100 km/h y frena, eso es más o menos la fuerza que el cinturón de seguridad hace sobre usted. Importante para una persona, pero ¿cree usted que eso alcanza a hacer un efecto de importancia en un planeta? Gravitacionalmente, un bus hace más efecto en la corteza terrestre que el cometa Elenin. Y entonces ¿se preocupa usted de la posición de cada bus en el país por la posibilidad de que ello produzca un terremoto?
Seguramente usted ya ha escuchado que todo indica que Elenin se desintegró o está en vías de desintegrarse. Como un cometa es básicamente una gran bola de hielo y polvo, cuando se acerca a una fuente de calor como el Sol se empieza a derretir. ¡Eso es lo que a veces podemos ver como la cola del cometa! Lamentablemente este vistoso espectáculo no es gratis para el cometa. Uno pequeño puede fragmentarse dramáticamente tras estos acercamientos al Sol y eventualmente desaparecer en una nube de pequeñas partículas. Ocasionalmente nos encontramos con estas nubes y tenemos nuevamente el fantástico espectáculo de ver una lluvia estrellas fugaces. Como ve, el cielo es una constante fuente de maravillas. Ojalá no predomine la visión de quienes infundadamente tratan de convertirlo, para su provecho personal, en una constante fuente de miedo.