Como escépticos estamos constantemente desmascarando – o al menos haciendo nuestro mejor intento en desmascarar – a charlatanes varios, refutando argumentos que mucha gente asume como válidos y pidiendo evidencia para todas las afirmaciones irracionales o espectaculares que aparecen de vez en cuando.
Sin embargo, generalmente nos enfocamos más en religión, medicinas alternativas, videncia, ufología y pseudociencias varias, ya que son las más presentes en nuestra sociedad actualmente. Pero a veces nos olvidamos de algunos clásicos que nos recuerdan a los viejos tiempos, como es el caso del Yeti.
Hace varios meses, me tocó leer y hacer un review del libro “El Yeti y Otros Bichos… Vaya Timo», que es entretenido y entrega tanta evidencia en contra de los principales pilares de esta pseudociencia, que casi te dan pena los aficionados de la disciplina. Es un tema ya pasado de moda y que ha avanzado muy poco en sus argumentos. Refutar estos temas es casi como ejercer el «escepticismo vintage».
Y esto me hace pensar en cómo estas cosas son transitorias. Por ejemplo, nadie ve a la física o a la misma zoología pasando de moda. Sin embargo, este tipo de disciplinas se desvanecen con el viento, aunque vuelven a formarse de vez en cuando en noticias singulares en el diario, que actualmente causan más risa que asombro.
Hasta hace poco, las pulseras iónicas de Marko Zaror eran lo más efectivo del mundo. Hoy en día los vendedores ya se quieren deshacer de éstas vendiéndolas al por mayor y ya nadie habla de ellas.
¡El Yeti renace al fin!
Clásicos como la criptozoología no mueren – sólo salen de parranda – y, de vez en cuando, regresan para encantarnos con sus anéctodas, asustar a un par de personas y causar risa a la mayoría. Es el caso de la noticia que salió el día de hoy (12 de octubre de 2011) en Publimetro que se intitula “La existencia del ‘Yeti’ es ‘irrefutable’”.
Aunque el artículo puede ser visto bajo lentes distintos, mi interpretación me lleva a creer que, aunque se quisiera mantener un tono “serio”, salió un poco burlesco. Pero, de todas maneras, no todas las personas lo pueden tomar de la misma manera y algunos podrán creer que de verdad volvió el “Yeti”. Para algunos, décadas y décadas sumado a cero evidencias, al parecer, es igual a una especie de animales que claramente se esconden en los Himalayas (aunque se le ha visto en otros lugares lejos de esta cordillera).
El tan sólo gastar espacio en un diario que ya es pequeño en algo de esta soberana poca importancia ya habla bastante de la línea editorial de la publicación, que ya no sorprende a nadie en Chile y la verdad es que ya llega a causar risa entre la mayoría de los que lo ven.
Pero el hecho de que muchos se rían habla de la poca credibilidad con la que cuenta la criptozoología hoy en día en el mundo. Ya son pocos los que creen en el Monstruo del Lago Ness, el Yeti, el Sasquatch (o Big Foot si estás en EE.UU.) o nuestro criollo Chupacabras (no es un mito nacido aquí, pero con muchos avistamentos en tierras nacionales). Sin embargo, no hay que regresar mucho en el tiempo para darse cuenta que, en su época, gran parte de la población le otorgaba total credibilidad.
El Chupacabras nunca muere
El Chupacabras ha sido visto cientos (si es que no miles) de veces a lo largo de toda América Latina y Estados Unidos. Animales aparecen muertos y desangrados, gente los ve corriendo y dan todo tipo de descripciones de este bicho, que van desde “algo así como un perro”, hasta un verdadero demonio sacado de la “Divina Comedia”. Algunos postulan que es invisible y hasta hay quienes dicen que son alienígenas. La fauna es diversa…
Con tan poca evidencia y tan poca seriedad, al fin se desvanecen estos mitos y desaparecen dentro de la cultura popular, como el Caleuche. Al final, solo lo creen en serio comunidades muy pequeñas y aisladas. Hoy en día, ese es el curso que está tomando el mito del Chupacabras, a no ser que vuelva a revivir con fuerza. Han habido intentos recientes, pero no han tenido demasiado eco.
Lo interesante es que, durante los años noventa y hasta principios de los 2000, era inconcebible para muchos el no creer en el Chupacabras. Eras un negacionista si no lo creías. Al fin y al cabo, salen en las noticias a cada rato y las evidencias son claras y abundantes. Y lo mismo ha sucedido con todos los monstruos a nivel mundial, desde el Kraken hasta el mismo Yeti, a quien trataron de revivir hoy en Publimetro. Van desapareciendo del imaginario popular.
¡Es una conspiración!
Hasta los mismos alienígenas y los OVNIs han perdido algo de credibilidad, a pesar de los intentos persistentes de personajes como Maike Sierra y Salfate (cada uno con su estilo, claro), a pesar de que aún se mantienen. Pero, ¿quién sabe la credibilidad con la cual contarán en 20 años más? Es posible que menos que el mismo Yeti; no lo sabemos. Quizás la conspiración de la CIA finalmente resulte y no reste nadie para revelarnos “la verdad”.
Las buenas noticias son que muchas supersticiones y pseudociencias, cuando no entregan nada de evidencias en mucho tiempo, caen por su propio peso (cada una a su ritmo, claro). Y aunque traten de revivir (y quizás lo logren algún día) otras habrán caído. Las malas son que nacen nuevas a cada rato, mientras que otras reviven de la nada (¿no te parece que las pulseras de Marko Zaror se parecían bastante a la pulsera de los 11 poderes?). Las noticias más malas aun son que algunas ya han ocupado un lugar tan establecido en el imaginario popular que se hace aun más difícil de extirpar (¿alguien aquí lee el horóscopo?).
La labor del escéptico es seguir dudando y seguir refutando lo que no tenga sentido o evidencia, sin importar cuán estúpido suene… y los medios seguirán colaborando para el lado contrario mientras algo de plata ganen con eso. Y aunque me gustaría creer lo contrario, no hay ninguna evidencia de que eso cambiará en el corto plazo…