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Nace como una respuesta a la proliferación y difusión masiva por los medios de comunicación de supersticiones y pensamiento mágico, pretendiendo promover la difusión del pensamiento científico al abordar esos temas, así como el conocimiento científico que ya se tenga sobre ellos. Adherimos al escepticismo científico.
2) ¿Cuál es su precepción sobre los millares de casos de personas que dicen haber visto o sentido presencias paranormales?
A estas alturas, las neurociencias ya saben que, en efecto, todos podemos pasar por episodios en los que vemos u oímos cosas que no están ahí; algunos más que otros. Nuestro cerebro puede ser engañado (y autoengañado) de muchísimas formas, descubriéndose así multitud de sesgos cognitivos o derechamente alucinaciones que nos afectan. Pero de ahí a afirmar que tales percepciones sean de carácter paranormal, hay un buen trecho. Hasta el momento, no hay evidencia que avale más allá de toda duda razonable la existencia de tales fenómenos.
3) ¿Qué metodología ocupan para establecer certeramente si es que un caso «sin explicación», la tiene?
Recurrimos al conocimiento adquirido en base a la metodología científica, a lo que sabemos de estadísticas, a lo que se sabe sobre sesgos cognitivos, etc. No hacemos magia, simplemente recurrirmos a aquello que como humanidad hemos estudiado más allá de la mera impresión inicial. Los casos inexplicados serían, entonces, aquellos cuyas causas no son discernibles en base al conocimiento existente ni en base a la evidencia disponible que haya sobre el fenómeno en cuestión.
4) ¿Qué motivo puede haber detras de todo este tipo de creencias en fenómenos paranormales. Será una especie de cortina de humo, o una especie de «opio del pueblo» para que la gente esté mas preocupada de esas cosas que los temas que realmente son importantes?
Hay que entender que, por lo general, las creencias no obedecen a estructuraciones racionales, aunque sí suelen ser memes culturales transmitidos en diversas instancias, desde la educación en el colegio, la interacción familiar o, más en general, la pertenencia a diversos grupos socioculturales. Sin embargo, estas ideas, que no llegan por sí solas sino que son enseñadas o difundidas por alguien que ya las tiene, encuentran tierra fértil en nuestro cerebro, el que acumula numerosas predisposiciones cognitivas producto de nuestro legado evolutivo por medio de la selección natural. Así es como tendemos a obedecer a las figuras de autoridad, al macho alfa; tendemos a ver caras donde no las hay; tendemos a atribuir intencionalidad a objetos inanimados, etc. La explicación paranormal puede hacer sentido en cuanto menos conocimiento se tenga de cómo funciona el universo natural del que formamos parte. Lo interesante es analizar hasta qué punto se sostiene la explicación y cuál es su calidad en la medida que disponemos de más conocimiento basado en evidencias sobre la naturaleza.
Para creer en cosas paranormales no hace falta, en principio, ninguna mala intención por parte de un tercero que pretenda lo que dices; nuestras predisposiciones cognitivas nos bastan y nos sobran para ello; así también se puede promover la paranormalidad sin mediar intención de engaño, pues quien la promueve bien puede creer genuinamente en ello. Sin embargo, si quien la promueve tiene conciencia de lo que te he dicho, tiene a su disposición una excelente arma para el control social, pues cuenta a su favor con las predisposiciones cognitivas de quienes están ahí para creerle. Los clérigos que juegan este rol, por ahí terminan institucionalizando las religiones; después, los mismos creyentes mantienen viva esa institucionalidad para perpetuar el autoengaño. De ahí a usar los medios de comunicación para explotar comercialmente la superstición y la ignorancia científica de la población, se está a un paso… y el negocio resulta redondo.
5) ¿Se han topado con algún caso que realmente no tenga una explicación lógica?
Más que lógica, diría científica. Sí, hay montones de casos y no es que a «nosotros» en particular nos toque, sino que, de hecho, siempre hay en la frontera del conocimiento científico una multitud de cuestiones inexplicadas. Justamente el trabajo que hace la ciencia es avanzar atravesando esa frontera.
6) ¿Qué hay de estos programas televisivos que lucran con todo este tema paranormal, como «Psíquicos»?
Obviando la no improbable posibilidad de que haya estado arreglado desde un principio y que no hayan manipulado deliberadamente las pruebas o beneficiado intencionalmente a algún participante con intereses comprometidos en el canal, primero hay que considerar que se trata de un programa televisivo, donde la información de calidad y confiable no suele ser la norma (por tanto, vale asumirlo como un circo a menos que demuestren algo más); segundo, que sirve como vitrina a todos los participantes, quienes, si bien pueden no haber cobrado para el programa, a continuación recogen una multitud de clientes en su consulta privada producto de la publicidad gratuita que les significa; tercero, que le sirve al canal para exacerbar el afán popular por un producto que más tarde ellos mismos podrán seguir explotando; cuarto, que no tuvieron ni la más mínima rigurosidad en sus controles experimentales, no sirviendo ni para demostrar ni para contrademostrar nada y, quinto, que casi la totalidad de sus demostraciones son trivialmente desmentibles por cualquiera con la más básica formación científica; podemos calificarlo como un circo marketero que puede servir de simple entretención a quien entienda qué diablos están haciendo, pero que, al final, les sirve como una excelente catapulta de personalidades faranduleras para un nicho de mercado rentable ante la superstición prevaleciente en la población. Ante ese público, se aprovechan de su ingenuidad y trabajan activamente en fomentarla.
7) ¿A qué se debe que estos temas tengan tanta llegada en la gente?
Una característica nuestra de los humanos como primates inteligentes que somos, es la curiosidad, el afán de investigar y de conocer lo desconocido. Además, los fenómenos parapsíquicos van muy de la mano con las cuestiones sobrenaturales y divinas, pues logran convencer a mucha gente de que hay algo más allá que la inexorable muerte, entregando un consuelo y una esperanza ante la volatilidad y el sinsentido de la existencia. Habiendo sido sembrada la mente de las personas con ideas religiosas desde su más pequeña infancia, el interés por lo paranormal es un subproducto esperable.
8) Recientemente, entrevisté al teólogo de la Ucsc, Arturo Bravo, quién me señaló que no cree en experiencias paranormales, no las descarta, pero no cree que sucedan, además a el nunca le han sucedido. Sin embargo, sí cree en las posesiones demoniacas, y las apariciones angelicales, o de la vírgen ¿que opinión tiene usted sobre este argumento?
Es el argumento ex cathedra estándar de un teólogo católico. Dice que cree exactamente en lo que la autoridad de su institución, el Papa, le dice que crea y dice no creer exactamente en lo que su mismo jefe le dice que no crea. Cabe cuestionar la honestidad intelectual de esa afirmación si es que pretende exponerse como algo más que una simple profesión de fe. Aparte de las toneladas de hojas con tinta acumuladas por milenios con palabras y más palabras, no hay la más mínima evidencia que permita diferenciar a un ángel de un unicornio, al mal de ojo de un demonio, al hada de los dientes de la Virgen, a un contactismo psíquico de una epifanía. Por otra parte, sí conocemos de alucinaciones, epilepsia, esquizofrenia, disonancia cognitiva, etc. Creencias son creencias, sólo eso, pero si se pretende que una afirmación extraordinaria realizada por esa creencia termine siendo tomada en cuenta por otros motivos distintos a la simple obediencia a la autoridad, hacen falta bastantes más evidencias para dar soporte a ellas.
Ese teólogo es claramente ateo respecto de todos los demás dioses de todas las demás religiones. ¿Qué hay en su propia religión que la haga particularmente más válida que toda la multitud de religiones existentes y extintas que plantean cosas completamente distintas? ¿Sería capaz de aplicar a su propio credo el mismo escepticismo que pueda aplicar hacia otras religiones, pero poniéndose en el lugar de ellas?
9) ¿Qué opina de la religión. Existe un poder divino que lo controla todo?
No hay evidencia de que exista nada más allá de la materialidad de nuestro universo. Incluso el universo mismo, todo en su conjunto, no basta como evidencia suficiente para demostrar la ultra-bakanidad de los dioses sobrenaturales. Las religiones son constructos socioculturales que emergen naturalmente en las sociedades producto de nuestras predisposiciones cognitivas. No son sino invento humano… y para propósitos extremada y exclusivamente humanos. Al respecto te invito a leer “Breaking the spell” del filósofo Daniel Dennett.