Cómo dejar de ser católico (o de cómo apostatar)

por | 19 enero, 2012

Debido a que mis padres no esperaron a que yo tuviera edad y conocimientos suficientes para decidir por mí mismo si quería iniciarme en la religión católica, y me bautizaron cuando tenía solo unos meses de edad (vulnerando mis derechos completamente, aunque seguramente sin percatarse de ello), tuve que apostatar. “Apostatar”, para los que no lo saben, viene de la palabra apostasía, que significa, según el canon 751 del Código de Derecho Canónigoel rechazo total de la fe cristiana”. La apostasía puede ser aplicada a otras religiones, o sea tiene una definición más amplia, sin embargo, preferí utilizar la definición que utiliza la Iglesia Católica Apostólica, porque es a esa iglesia a cual pertenecí (todos los bautizados en la religión católica pertenecen a esa iglesia, quiéranlo o no).

Como creo que las verdades son provisionales y no absolutas y que la única manera de obtenerlas es a través del método científico (único método conocido hasta ahora que genera conocimiento verificable) y no a través de la tradición, autoridad o revelación, no puedo aceptar como verdades los dogmas que identifican y definen a las religiones. Esto quiere decir que la única relación que tengo con la Iglesia católica es que, como bautizado católico, me tienen en sus registros y me cuentan como “parte de su rebaño”. Es por esto que decidí apostatar: para cortar definitivamente con esa única relación.

«Por favor, no me etiquetes. Déjame crecer y elegir por mi mismo», eslogan de la campaña The Billboard Campaign, de la British Humanist Association


Cómo apostatar (y no morir en el intento)

Imprimí el siguiente documento, lo llené y lo fui a dejar a la diócesis a la que pertenecía el lugar de mi residencia (aquí pueden consultar las diócesis). La mía correspondía al Arzobispado de Santiago, ubicado en Erasmo Escala 1884, Santiago. Con el documento impreso debía ir adjunta una fotocopia del carnet de identidad por ambos lados, cosa que por su puesto hice.

Actualización (17/04/2012): Ahora, también piden —por lo menos, en el Arzobispado de Santiago— que junto a la Carta de Apostasía y la fotocopia del carnet de identidad por ambos lados vaya una copia de la Partida de Bautismo.

Una vez hecho esto, esperé. Esperé y esperé. Esperé 2 años, 1 mes y 5 días, hasta que decidí llamarlos para saber qué había pasado.

Cronología de mi apostasía (con final feliz)

    • 30 de octubre de 2009: Mandé un email a través de Iglesia.cl, solicitando información sobre cómo debía apostatar, y me dijeron que llevará la Carta de Apostasía que tenía (que la había obtenido buscándola en Internet), más una fotocopia de mi carnet de identidad por ambos lados, al Arzobispado de Santiago.

 

    • 7 de diciembre de 2009: Fui a dejar los documentos anteriormente nombrados al Arzobispado de Santiago. Los entregué a las 9:10 hrs. de la mañana.

 

    • 12 de enero de 2012: Llamé al Arzobispado de Santiago para preguntar qué había sucedido con mi apostasía. Me dijeron que me llamarían al día siguiente para contarme.

 

    • 13 de enero de 2012: Me llamó “Guadalupe”, del Arzobispado de Santiago, para decirme que debía ir a conversar con el Padre Oscar el martes 17 de enero de 2012 y que debía llevar mi partida de bautismo y mi carnet de identidad.

 

  • 17 de enero de 2012: A las 11:30 hrs. llegué al Arzobispado de Santiago, con una fotocopia de mi partida de bautismo (mi mamá tenía ese papel) y mi carnet de identidad, a conversar con el Padre Oscar (quien resultó ser el Presbítero Oscar Muñoz Toledo, Canciller del Arzobispado de Santiago). Me atendió inmediatamente —y con mucha cordialidad—, en una oficina que ya se quisiera uno, y me dijo que, para apostatar, tenía de firmar una “Declaración Formal de Abandono de la Fe Católica”. Luego, me pasó la declaración, la firmé y recién en ese momento me preguntó por qué había querido hacerlo. Le expliqué que porque era ateo desde nacimiento y porque no me había gustado nada que mis papás me hubiesen “inscrito” en la religión católica. Esto no le dije, pero, ¿se imaginan que mis papas me hubiesen inscrito en el Partido Comunista de Chile o en la Unión Demócrata Independiente? ¿¡En la UDI!? ¡Qué Dios nos proteja! Me imagino que eso no se puede hacer, pero, ¿por qué en la religión SÍ? ¿Por qué la religión SÍ tiene ese privilegio? En fin. A continuación, me dijo que ya era un apóstata y que ahora solo tenía que esperar a que en la parroquia donde me habían bautizado pusieran, en mi partida de bautismo, una nota que dijera que había apostatado. Me dijo que él les daría la orden a los encargados de esa parroquia de que hicieran eso y que eso podía demorar un poco, pero que, como notario eclesiástico, él ya había dado la aprobación a mi apostasía. Me llamó poderosamente la atención lo que me dijo después: que para volver a ser católico solo debía acercarme a una iglesia y decirle al párroco que era apóstata y que quería volver a ser católico y… ¡listo!

 

Actualización (20/03/2012): A las 11:36 me llegó un email de la Cancillería de Santiago, específicamente del Presbítero Oscar Muñoz Toledo, con una copia adjunta de mi nuevo Certificado de Partida de Bautismo, en el que consta que abandoné formalmente la religión católica. En él, ahora dice que abandoné «la Iglesia Católica con fecha 17 de Enero de 2012 en la Arquidiócesis de Santiago de Chile, según declaración voluntaria de misma fecha».

Podré no estar de acuerdo con los dogmas que definen a la religión católica ni estar de acuerdo con los métodos que utilizan para tener adeptos (especialmente, el adoctrinamiento infantil), pero lo que encuentro más razonable con la obtención de la apostasía es que ya no tengo ninguna relación con una institución que encuentro siniestra. ¿¡Siniestra!? Sí, siniestra. ¿Y por qué siniestra? Porque protege y encubre, sistemáticamente los abusos sexuales cometidos por sus miembros, motivo por el cual —pienso— los bautizados deberían salir corriendo de a montones y que no hacen —supongo— porque el adoctrinamiento religioso es de verdad un buen método…

¿Y qué “terribles” efectos trae apostatar? Varios, según la declaración que firmé. Desde hoy:

  • Entre la Iglesia Católica y yo no hay vínculos de comunión. Entiéndase por estos a fe, sacramentos y régimen eclesiástico (¡menos mal, esa era la idea!).
  • No puedo recibir más sacramentos (de todas maneras no pensaba recibir más).
  • No puedo ser padrino de bautismo ni de confirmación (¡por fin tengo la excusa perfecta para decir que no!).
  • No puedo ejercer oficios eclesiásticos ni servicios litúrgicos (y yo que tenía tantas ganas de ser cura).
  • No puedo enseñar en nombre de la Iglesia (¡nadie debería!).
  • No puedo recibir exequias eclesiásticas, a no ser que hubiera dado alguna señal de arrepentimiento (hummm… ¿Y quién determina si las di o no? Si se las saben por libro).

Cuestionario apóstata

La experiencia que he relatado tiene como objetivo documentar un trámite poco conocido y que puede motivar otras personas a renunciar legalmente a la fe católica, en aquellos casos donde la relación del futuro apóstata y la Iglesia Católica sea nula o esté irremediablemente deteriorada.

Junto con los demás miembros de la asociación formulamos una serie de preguntas con el fin de recopilar los testimonios de las personas que deseen relatar su proceso de apostasía. Con los textos recibidos crearemos un documento que luego publicaremos en el blog.

Estas son las preguntas:

  1. ¿Por qué decidiste hacer el trámite de la apostasía? ¿por qué ahora y no antes? ¿hubo algún motivo concreto y definitivo que haya detonado la decisión?
  2. ¿En el proceso de tomar la decisión, lo consultaste con alguien? ¿pareja, familiares, amigos?
  3. ¿Dónde obtuviste la información para realizar el trámite de apostasía?
  4. ¿Tuviste problemas en los trámites? ¿El trámite fue expedito o hubo alguna burocracia? ¿En qué ciudad e iglesia lo hiciste?
  5. ¿Cómo reaccionó la iglesia (o las personas que tramitaron tu petición) frente a una petición de apostasía?
  6. ¿Intentaron disuadirte de la decisión?
  7. ¿Qué se siente ser apóstata? ¿Cambia algo en tu vida? ¿Crees que sirva para algo esta decisión?
  8. ¿Qué le dirías a las personas bautizadas católicas que, aún cuando no profesan la fe o la “profesan a su manera” y que para todos los fines prácticos no son católicos, no desean dar el paso de renunciar a la Iglesia?

Por favor, las preguntas respóndanlas aquí.

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