Por Rodrigo Bravo
Según la Enciclopedia Británica, OVNI en lenguaje militar se define literalmente como cualquier objeto que no se identifica por sí mismo, o que no puede ser identificado por un grupo entrenado o tripulación de vuelo usando métodos de detección visual o electrónica.
Si lo apreciamos de manera exhaustiva, podemos darnos cuenta que este excepcional fenómeno posee dificultades desde el origen de la identificación que difieren de las que le ha entregado el mundo mediático, es decir, las personas ligadas a la ciencia o también la aeronáutica que se han implicado en el estudio del tema no concuerdan con la identificación y clasificación que le brindan los estudiosos autodidactas o Ufólogos -algunos acérrimos a la escuela Ortodoxa-.
Esta dicotomía que existe, entre el mundo científico y aeronáutico respecto de la ufología “mediática” demuestra simplemente la intencionalidad y subjetividad con que se observa el comportamiento del fenómeno y la interpretación que se le brinde.
En reseña a este punto, en los últimos meses hemos observados como algunos Ufólogos, intentado conferir una mayor profundidad a esta cuestión, han edificado verdaderos esquemas ideológicos acerca de los OVNIs, intentando trasladar el análisis hacia una perspectiva mayoritariamente filosófica.
La verdadera discusión comienza cuando se difunde el análisis mediático de un “supuesto” OVNI en las proximidades del Lago Colbún, el cual fue captado por las cámaras de Megavisión, en conjunto con unos reporteros japoneses y un grupo de investigadores locales, prosélitos de la llamada Ruta Ufológica de San Clemente.
Por las diferentes interpretaciones que se le ha dado a esta observación y al video difundido en un reportaje posterior, ha comenzado una exposición pública de los más variados pensamientos y nuevos conceptos acerca del estudio de los llamados OVNIs, quedando la grabación y su autenticidad casi al margen de esta discusión.
El concepto que más ha llamado la atención es el de “Epistemología”. En efecto, un investigador que estuvo presente en la grabación de Colbún plantea como introducción al debate, que es necesario apuntar a la consistencia interna hablando de epistemología.
Pues bien, partamos de un principio y definamos epistemología:
(Del griego episteme, “conocimiento”, y logo “teoría”, la epistemología es una rama de la filosofía que busca la esencia y profundidad del conocimiento científico de todas las cosas.
Sabemos que ciencia es “Conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas”.
La epistemología, dentro de las teorías de conocimiento, abarca las circunstancias históricas, aspectos sicológicos y escenarios sociológicos de los hechos para validarlos o no.
Su proposición básica es el equilibrio que hay entre las verdades comprobadas y las creencias, lo cual entrega una resultante llamada “Conocimiento”.
Esta primicia o fundamentalismo de este estudio, se entiende al momento de que se suman las verdades comprobadas, teórica o matemáticamente, tal cual como son las verdades axiomáticas (def. ciencia), con los hechos que se mantienen como creencia, los cuales son teorizados posterior a un análisis metódico comprobatorio. La resultante de esta suma, es el conocimiento cierto de las cosas, en sus causas, fines y profundidad.
La epistemología, es una concepción relativamente nueva, en el empleo del análisis científico basado en el método o en la metodología de la investigación, por lo cual resulta atractivo manejar este término desde una visión comunicativa, porque denota por si solo un pensamiento profundo y filosófico del tema que se estudie.
Lo interesante es que desde el punto de vista Ufológico, es imposible acercar la epistemología a los OVNIs.
Tajante resulta esta afirmación, pero al apegarse al marco teórico y a los hechos concretos que hasta el día de hoy conocemos, el Fenómeno Aéreo No Identificado (FANI) o mal llamado OVNI carece de toda estructura discernible desde las perspectivas estadística y metodológica, que permita analizarlo y buscar su origen epistemológico.
Hay que reiterar que los FANIs hasta ahora son fenómenos reales y comprobados y han sido estudiados por la aeronáutica, como también por otras ciencias, pero son fenómenos que carecen de todos los semblantes que una anomalía consistente debe poseer para que se oriente un estudio en profundidad, ya que los FANI corresponden a una fenomenología que se ha distinguido particularmente por su irregularidad, su permanente variación y su comportamiento extremadamente errático, características que impiden realizar una clasificación salvo la casuística y por ende, impide realizar un análisis que obtenga resultados superiores hasta los que hoy se conocen.
Estas bases, que son las claves para entender el problema de los FANIs, son principalmente respaldadas por las propias características del fenómeno en cuanto a que difieren en: su versatilidad en formas, estructuras (cuando las posee), tamaños, colores, movimientos y desplazamientos, velocidades, ubicación geográfica de las observaciones, fechas y horas de los reportes, etc. Lo anterior muestra que el conocimiento cierto que existe de este fenómeno es muy impreciso y su comprensión verdadera es casi nula, ya que lo conocido hasta el día de hoy esta influenciado negativamente por la segunda premisa de las llamadas teorías populares (las respuestas fáciles a las preguntas difíciles) asociando automática y casi imperceptiblemente las explicaciones a una personificación a estos fenómenos, sugiriendo en forma sutil la interacción con inteligencias no terrestres y les entrega a parte importante de las observaciones una interpretación acoplada a esta explicación popular.
Retomando la definición de epistemología; la irregularidad que manifiestan los FANIs hace que las “verdades” que se manejan sean hipotéticas, es decir, la información que podría ser utilizada como soporte para una fundamentación epistemológica del fenómeno no sobrepasa el nivel de una hipótesis.
El problema lo encontramos a simple vista: En la metodología de una investigación cuando se bosqueja un proyecto para estudiar un tema cualquiera que demandará una exploración profunda y una vez que se programan los objetivos, se realiza la primera fase que es planteamiento de hipótesis. Una vez culminada la investigación, se proponen soluciones y se responden a las preguntas directrices del estudio, las cuales son la plataforma teórica para la comprobación de las hipótesis formuladas al inicio de la investigación, las cuales con el tiempo y el acoplo de otras investigaciones, pueden llegar a formular una teoría válida.
Entonces con este proceso definido y ordenado los conceptos como siguen: Hipótesis – Comprobación – Teoría , definiendo que una hipótesis no es una explicación consistente para identificar, interpretar y profundizar un tema especifico, resulta poco probable, por no decir utópico, establecer un estudio epistemológico del fenómeno de los OVNIs, ni siquiera basado en el concepto de fenómeno psicosocial.
En conclusión, invitamos a nuestros amigos Ufólogos, a no entrar en conceptos llamativos y teatrales que ensalzan las definiciones teóricas de un fenómeno del cual se desconocen tantos aspectos como es posible imaginar, un fenómeno que nos afecta, pero que a la vez desconcierta, porque mientras más casos verdaderos se pueden analizar, más nos damos cuenta que somos unos ignorantes del tema.
Rodrigo Bravo
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