Esta es una historia que sucedió muchísimos años atrás. Miles de años atrás, para que tengas una noción. O supuestamente sucede, dependiendo de la credibilidad que te genere esa colección de libros conocido hoy en día simplemente como la Biblia.
Como dije, esto comienza eras atrás. Muchísimos años antes de Cristo, según la Biblia, el rey David establece Jerusalén como capital y pide que le manden la “sagrada Arca del Pacto” – también llamada Arca de la Alianza. Sí, es esa misma que vieron en «Indiana Jones y los cazadores del arca perdida». Sin embargo, igualito que en la película, un error desatará una terrible tragedia.
El arca debía ser transportada por sacerdotes que, para poder llevar el objeto de un lugar a otro, ubicaban unas varas de madera por el contorno de ésta y la llevaban cargando. Pero cargar un objeto así de pesado cansa mucho – y la pereza ha estado presente en nosotros desde el inicio de los tiempos – por lo que los individuos encargados de esta ardua tarea tuvieron la “buena idea” de hacer que la cargaran unos bueyes. ¿Qué era lo peor que podía pasar?
Tal como te imaginaste, en un momento el arca resbaló del soporte al cual estaba afirmada y estaba a punto de caer al suelo, pero ¿para qué contarles qué pasó, si la Biblia lo hace de forma tan poética?
«6:6 Cuando llegaron a la era de Nacón, Uzá extendió su mano hacia el Arca de Dios y la sostuvo, porque los bueyes habían resbalado. 6:7 Entonces la ira del Señor se encendió contra Uzá, y Dios lo hirió allí mismo por ese error. Así el murió junto al Arca de Dios.» (2ª de Samuel, cap. 6, Antiguo Testamento)
El pobre y honrado Uzá deseó evitar que cayera la preciosa arca y estaba dispuesto a cualquier precio para lograrlo. Esta era una pertenencia tan preciosa, que era considerada el objeto más sagrado para el pueblo israelita. Así de importante. El dejarlo caer probablemente le rendiría a Uzá una vida de burlas y escarnio. Y no es necesario ser un historiador para saber que a nadie le gusta que se burlen de uno, ni mucho menos ser un paria social.
Para detener la caída de la reliquia, se vio obligado a hacer algo completamente prohibido, que jamás habría hecho si no estuviera tan desesperado: tocó el arca. Algo terrible en ese contexto. Según los textos bíblicos, ante tan inaceptable comportamiento, Dios lo castiga por tal sacrilegio, matándolo al instante. ¡Insolente!
Una muestra más de la gran compasión de Dios. Pero más allá de cualquier análisis moral del cuento, me gustaría demostrarles cómo – al contrario de otras historias
mitológicas tales como la del Jardín del Edén o el Arca de Noé – esta historia podría ser cierta. Entonces aquí va mi hipótesis de qué es lo que sucedió, asumiendo la veracidad del relato.
Explicando el mito
Observemos cómo estaba hecha el Arca de la Alianza. Para evitar sospechas de creyentes, me remitiré a la Biblia otra vez:
“Harán también un arca de madera de acacia; su longitud será de dos codos y medio (1.12 metros), su anchura de un codo y medio (68 centímetros), y su altura de un codo y medio(68 centímetros). Y la revestirás de oro puro; por dentro y por fuera la revestirás, y harás una moldura de oro alrededor de ella. Además fundirás para ella cuatro argollas de oro, y las pondrás en sus cuatro esquinas; dos argollas a un lado de ella y dos argollas al otro lado. También harás varas de madera de acacia y las revestirás de oro. Y meterás las varas por las argollas a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.” (Exodo 25: 10-14)
En resumen: placas de oro por dentro y fuera, separadas por madera de acacia; lo que es muy similar a un condensador eléctrico formado por un par de superficies conductoras separadas por un material dieléctrico. (ver definición de condensador).
En un entorno seco como el clima semidesértico, donde la mayoría de la Biblia se lleva a cabo, se puede acumular mucha electricidad estática. En un pueblo primitivo, desconocedor de la electricidad, si alguien recibiera la energía de un chispazo eléctrico – que no se muriera como el pobre Uzá, claro – probablemente creería que una fuerza sobrenatural realizó el acto como una forma de castigo por el hecho fuera.
¿Pero cómo los sacerdotes no se electrocutaban? Simple: por las estratégicamente ubicadas varas de madera acacia que servían para cargar el arca sin tocar el metal. Si nos fijamos en el uniforme de los sacerdotes, éste hasta disponía de una cadena de oro que podría también servir como un cable a tierra.
La Biblia habla sobre la vestimenta del sacerdote y describe como hacer su distintivo llamado “Efod”.
Leamos el libro de Éxodo:
«28:13 Harás, además, los engastes de oro
28:14 y dos cadenas de oro puro, trenzadas a manera de cordones, que luego fijarás en los engastes.
28:34 Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor.
28:35 Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera.”
Si entiendo bien, la campanita sonaba cuando estaba frente al arca. Pero lo más impresionante es la preocupación por la posible muerte del sacerdote. Recordemos que sólo ingresaba una vez al año al santísimo lugar donde se encontraba el arca.
El arca tiene, además, una notable historia de tragedias:
«I de Samuel 5:2 Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
5:3 Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.
5:6 Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio.»
Luego que es regresado a territorio isrealita, provoca la siguiente tragedia entre su pueblo elegido.
«I de Samuel 6:19 Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.”
Y es aquí donde mi hipótesis llega a su gran conclusión (redoble de tambores): suponiendo que este pasaje específico de la Biblia es verídico – al menos en parte – el arca funcionaba como lo que actualmente conocemos como un condensador eléctrico gigantesco que podía generar mortales descargas a los que lo tocaran cargados de estática.
Es una visión escéptica a un pasaje de la Biblia que creo que podría tener algo de veracidad. Claro que nunca sabremos completamente al cierto si así es o no, pero me gustaría, alguna vez, tener el dinero suficiente para confeccionar este aparato. Creo que, además de proveer algún grado de veracidad al cuento, se podría demostrar una serie de otras cosas interesantes…