Actualmente pasó de moda ponerse a hablar del triángulo este, en las conversaciones de sobremesa, pero no estaría de más recordar que este mito absurdo se sostuvo por décadas. Quizás con la película de “Los viajes de Gulliver” vuelva a ser tema.
Cuando me hablaban los crédulos, sobre las propiedades del Triángulo de las Bermudas siempre les hacía dos preguntas ¿Sabes cuantos barcos y aviones pasan diariamente por ese lugar? y cuando obviamente no sabían eso, preguntaba ¿Dónde queda el triangulo de las Bermudas? Y curiosamente los defensores de la teoría no tenían idea donde quedaba. Me percaté que la credulidad va demasiado asociada a la ignorancia (Gran cosa dirán ustedes, “descubriste el hilo negro”, pero en fin, fueron mis inicios como escéptico).
Respecto al famoso triángulo:
– Tarea para un escéptico: busque en un mapa la Isla de Bermudas, Puerto Rico y Miami. Se llevará una sorpresa. Frente a norteamérica, camino a Europa, paso obligado de la marina y aviación norteamericana para ir a Guantánamo, junto al sufrido Haití y a la Isla de Fidel y además frente a los principales puntos de vacaciones del Caribe (Varadero, Miami, Punta Cana, etc. No se asusten… Islas Cayman está justo fuera del triángulo).
– La cantidad de barcos que salen del Caribe y sur de Estados Unidos hacia Europa crean la mayor ruta comercial del mundo y es precisamente en este saturado lugar donde 100.000 nave por año (según una cifra al parecer exagerada, pero ni tanto) pasan sin sufrir mayores contratiempos.
– Reconozcamos algo… el lugar en si es de mediana peligrosidad, cercano a los Cayos de Florida, islas extrañas como las Bahamas, con una fuerte corriente cálida que va hacia Europa (la famosa Gulf Stream o “Corriente del Golfo”), etc. En ese lugar siempre hay riesgos naturales y conocidos. Zona frecuente de huracanes y de tormentas tropicales peligrosas no es improbable ni inesperado encontrarse barcos o aviones con problemas… pero tampoco presenta un índice mayor de siniestros ni las aseguradoras cobran extra por pasar por este lugar.
– Nunca se dieron pruebas ni estudios científicos que avalaran este fraude.
En 1964 un escritor sensacionalista llamado Vincent Gaddis en un libro escribió un capítulo llamado “El mortal triángulo de las Bermudas”. Sin embargo será Charles Berlitz, quien se haga millonario escribiendo el libro “El Triángulo de las Bermudas”, del que vendió unos 20 millones de ejemplares. Nació un mito y una fuente de dinero.
En dicho libro Berlitz da una lista de barcos y aviones extraviados, que posteriormente han sido refutadas en su mayoría. Algunos eventos ocurrieron lejos del triángulo (como el famoso caso del “Mary Celeste”), otros nunca existieron (el buque Stevenger) y a muchos se les exageró la condición de “causa ignorada”, etc; lo que como en otros casos similares de seudociencias las evidencias no ha importado a los crédulos. Tal como decía Barnum: “a la gente le gusta que la engañen”.
Actualmente la navegación no depende del conocimiento de los vientos permanentes, como los barcos de vela como antaño. Si un inglés u holandés, quería viajar a Nueva York hace más de un siglo atrás, debía ir de ida hasta Islas Canarias, frente a África al sur de Portugal y desde ahí seguir el mismo camino que hizo Colón ya que desde ese punto los vientos (y obvio las mareas) le permitían. De regreso ir hasta la zona de Bahamas (Eso explica la importancia estratégica de Cuba, Guantánamo y Haiti) y volver pasando entre Bermudas y Puerto Rico. Esta ruta entonces nació siendo importante. Si quiero buscar historias de barcos hundidos es el mejor lugar.
Así que mis queridos lectores… la próxima vez que alguien comience con la tonterita del “Misterioso Triángulo de las Bermudas” pregúntenle simplemente: ¿Dónde queda?