Fotografía de S.A.U.L
Quien no ha escuchado o visto en innumerables medios de comunicación, cada vez que desaparece una persona, o se produce un asesinato que lindan con lo extraño e insólito, que ciertas personas con supuestos poderes especiales colaboran y ayudan a la policía a esclarecer estos casos y descubrir pistas que nadie, absolutamente nadie antes que ellos habían imaginado.
Desde la guerra fría tenemos historias alucinantes de supuestos dotados que trabajaban para las grandes potencias y de programas oficiales de estos gobiernos para reclutar y entrenar a estos sujetos en sus laboratorios con el fin de crear al espía perfecto. Un ser capaz de viajar en cuerpo astral a espiar a su enemigos o de otros capaces de usar la percepción extrasensorial para descubrir secretos ocultos.
Toda una fauna de mentalistas, videntes, médiums, psíquicos y espiritistas pasaron por estos laboratorios al amparo de muchos ingenuos investigadores en los años dorados de la Parasicología. La CIA gasto millones en investigación de detectives psíquicos y el FBI, en la década de los 80, hizo lo mismo al estudiar las supuestas capacidades parasicológicas de algunos sujetos que terminaron siendo un completo fracaso y un gran FRAUDE, para el gobierno y las arcas fiscales.
Creer en poderes extraños y sobre naturales es propio del pensamiento mágico y de la etapa pre-científica de la humanidad; pero encontrarse en la actualidad, con este tipo de pensamiento es verdaderamente una vergüenza y un insulto a la razón.
Puedo entender que algunas personas se crean psíquicas o dotadas de un don especial (la psicopatología y la charlatanería da para todo), pero que instituciones oficiales como la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), y el Ejército de Chile, que por Ley deben constituirse como organismos científicos y técnicos, recurran a estas personas en sus investigaciones es verdaderamente desquiciante.
Isabel Cristina Avila (la psíquica de Chimbarongo) es un claro ejemplo de este tipo de personajes que dice ser parte consultante de estos organismos y además usufructúa de la desgracia ajena al publicitar y explotar su imagen en los medios, atrayendo clientes a su consulta de Parasicológica, en donde además de la Homeopatía le hace fuerte a la Iriología y a la búsqueda de personas desaparecidas, por las que no cobra un peso, ¡pero de la consulta nadie se salva!
Manifiesta haber participado en el caso de la pequeña Madeleine McCann con la policía de Portugal y tener fuertes nexos con la PDI y el Ejército, manifestando incluso la obtención de una medalla al mérito, entregada por el mismísimo General Cheyre, debido a su participación y colaboración en el caso ANTUCO.
“Hemos escrito tres mails a la PDI, pidiendo nos aclare esta situación puesto que consideráramos como asociación escéptica que existen efectos nocivos en la participación de estos personajes en las investigaciones y hasta el momento sólo recibimos un rotundo silencio de la Policía”.
Los efectos adversos de los detectives psíquicos son:
1- Entorpecen la investigación de los verdaderos profesionales.
2- Crean falsas expectativas en los familiares de las víctimas.
3- Buscan prensan para vender y ofertarse a sí mismos. (Lo que es su verdadero negocio)
¿Qué paso con todos los psíquicos durante los 70 días de encierro que tuvieron que soportar los mineros? ¿Dónde se fueron las predicciones y poderes especiales? de Alejandro Ayún (númerologo), Carmen Cansino (Médium), Isabel Cristina (Psíquica de Chimbarongo) o de la querida tía Yoli (Yolanda Sultana)
Se lo cuento Yo: Todos estaban esperando que terminara el rescate de los verdaderos héroes de la situación: Ingenieros, técnicos y rescatistas. Para salir de su guaridas y comenzar a disparar a diestra y siniestra con la numerología del 33, con la Cábala, la Grafología y todas las supercherías típicas de los buitres de la desesperación; además de las típicas frases: de “Yo dije que tal día saldrían”, “Que en tal lado había que buscar”, ”Que todos estaban vivos”, “Que esta letra y trazo significa seguridad y esperanza”, etc.
Siempre el análisis de estos charlatanes es a posteriori y nunca a priori.
La razón es muy simple. Nada saben y nada conocen hasta que la prensa, la lectura en frío, la policía o alguna fuente formal o informal se los comunica.
Y cuando alguien se extravía o desaparece misteriosamente. ¿Quién aparece? “Los detectives psíquicos”, que es una derivación más de la fauna esotérica de nuestro país.