Cuando la homeopatía funciona: carta abierta al laboratorio Heel

por | 29 mayo, 2013
Flores de Vincetoxicum hirundinaria. GNU image (wikimedia.org)

Puede que este sea mi último post en el blog de la AECH. Después de mucho creer que nunca diría esto, descubrí que hay un medicamento “homeopático” que sí funciona.

Nuestra doctora de cabecera nos recomendó para mi familia un medicamento, indicando que “era homeopático y que funcionaba bien”. Uhm, ¿homeopático y que funciona? No me pareció muy probable, la verdad. Por lo general, la homeopatía falla en pruebas controladas y nunca es significativamente mejor que el placebo, pero decidí investigar en la red para saber qué estudios había de este “medicamento”.

Imaginaba que iba a encontrar, como siempre, afirmaciones sólo testimoniales sin datos duros, pero me equivoqué. Efectivamente, encontré que hay estudios científicos que se ven bastante serios y que apuntan a que ese medicamento sí funciona y que sí hace lo que promete.

El medicamento en cuestión es Engystol, del laboratorio alemán Heel.  Y cuando digo que funciona, lo digo porque encontré estudios que indican que:

En base a eso, la publicidad de Engystol declara ser “científicamente probado efectivo

O sea, tenemos un medicamento homeopático que al parecer… ¡funciona! ¿Estábamos los escépticos equivocados respecto de la homeopatía? ¿Deberíamos retractarnos de nuestros dichos?

Pero antes de que mis colegas escépticos corran por las antorchas para quemarme en la “hoguera escéptica”, creo que es conveniente explicar que, como siempre, todo es más complicado de lo que parece. De partida, ¿Qué es Engystol?

El medicamento que sí funciona

Engystol está formulado por dos ingredientes principales: “Vincetoxicum hirundinaria” y “Sulfur” (azufre).

Vincetoxicum Hirundinaria (en adelante VH) es una planta conocida también como centósigo o matatósigo, es común en Europa, y es altamente tóxica ya que “la más mínima sobredosificación puede causar intoxicaciones graves con síntomas de mareos, vómitos, diarreas y espasmos, pudiendo producir también parálisis de la musculatura del corazón”, o sea, la muerte. Es tan tóxica que en España su venta está prohibida. Sin embargo es una planta rica en glucósidos y alcaloides tóxicos, por lo que es esperable que alguna reacción produzca en el cuerpo humano. Esto lo hace un objetivo de investigación interesante, pues alguno de sus compuestos efectivamente podría tener el efecto de “activar los sistemas de defensa inespecíficos y específicos” para ayudar a curar la gripe. Pero dado que es una planta tóxica, mi primer pensamiento fue que es “afortunado” que se suministre en cantidades “homeopáticas”. ¿Pero qué tan homeopáticas son esas cantidades?

Al mirar la fórmula de Engystol, vi que su composición es:

  • Vincetoxicum hirundinaria D6 75 mg
  • Vincetoxicum hirundinaria D10 75 mg
  • Vincetoxicum hirundinaria D30 75 mg
  • Sulfur D4 37.5 mg
  • Sulfur D10 37.5 mg

Para quienes entienden qué es la homeopatía, disoluciones D4 o D6 son curiosamente “altas” en compuesto activo para tratarse de un medicamento homeopático. Acá ya no se puede estar hablando de memoria del agua, pues en disoluciones D6 es un hecho que hay compuesto activo real en el medicamento.

Lo segundo curioso es que cada pastilla de Engystol contenga 3 disoluciones distintas de VH: una disolución D6, otra parte en disolución D10 (10.000 veces más diluido que D6) y una tercera parte en disolución D30, la cual está más allá del límite de disolución (número de Avogadro).

Desde el punto de vista del “compuesto activo”, la disolución D30 de VH no aporta nada, absolutamente nada, de compuesto activo; en cambio desde el punto de vista de la “homeopatía”, la disolución D30 debiera ser la más potente de las 3 respecto de sus efectos curativos, lejos más que las D10 y D6.

En cambio, para entender cuán “alopático” es una disolución D6, podemos suponer que la tintura base D0 de VH es el compuesto puro de VH. Para generar la primera disolución D1 homeopática, debemos agregar 1 parte de VH puro D0 (por ejemplo, 75 mg de un concentrado de VH) y 9 partes de excipiente (agua, alcohol o lactosa, dependiendo de la forma de preparación). Después de mezclarlos muy bien («sucusión homeopática»), tomamos 1 décimo de la disolución D1 (que ahora tendrá sólo 7.5 mg de VH) y repetimos el proceso para generar la disolución D2. Se toma 1 décimo de la disolución D2 (que tiene 750 microgramos de VH) y generamos la disolución D3, y así sucesivamente. De acuerdo a esto, en cada 75 mg de cada disolución se tendrán (mg = miligramos, µg = microgramos, ng = nanogramos, pg = picogramos):

  • 75 mg de disolución D0 – 75 mg de VH.
  • 75 mg de disolución D1 – 7.5 mg de VH.
  • 75 mg de disolución D2 – 0.75 mg (750 µg) de VH.
  • 75 mg de disolución D3 – 75 µg de VH.
  • 75 mg de disolución D4 – 7.5 µg de VH.
  • 75 mg de disolución D5 – 0.75 µg (750 ng) de VH.
  • 75 mg de disolución D6 – 75 ng de VH.
  • 75 mg de disolución D7 – 7.5 ng de VH.
  • 75 mg de disolución D8 – 0.75 ng (750 pg) de VH.
  • 75 mg de disolución D9 – 75 pg de VH.
  • 75 mg de disolución D10 – 7.5 pg de VH.

Así que en 75 mg de la disolución D6 de VH podemos esperar encontrar del orden de 75 nanogramos de “Vincetoxicum hirundinaria”.

Si hablamos de 75 nanogramos de algo, eso suena a bastante poco. Y efectivamente es poco, pero es poco de un compuesto activo real, totalmente real y medible.

La siguiente pregunta es: ¿cuán poco son «75 nanogramos» de una sustancia tóxica como es el VH?

El poder de un femtogramo

Si tomamos el tóxico más peligroso conocido, la toxina botulínica (TB), se estima que se requieren entre 0.09 a 0.15 picogramos por vía endovenosa para conseguir una dosis letal 50 (cantidad que administrada a un grupo de humanos, mataría al 50%) en una persona de 70 kilogramos, lo que  equivale a apenas 1.28 a 2.1 femtogramos de TB por kilogramo de peso para conseguir la DL50.

Para poder establecer una comparación razonable, el estudio de Engystol en bebés mencionado al principio, tomó a bebés de (en promedio) 5 meses, que en promedio pesan cerca de 8 kilogramos. Con este peso como referencia, se requieren apenas 16 femtogramos de TB para alcanzar la DL50 en bebés de 5 meses.

Por otra parte, los 75 nanogramos de VH suministrados a un bebé de 8 kilogramos equivalen a 9 nanogramos por kilogramo de peso de VH en bebes de 5 meses.

Al comparar las dos dosis, 16 femtogramos de TB comparados contra 9 nanogramos de VH, se ve que la dosis de VH en disolución D6 es una cantidad cercana a las 4,500,000 de veces más grande (en masa) que la dosis DL50 de TB. Dicho de otra forma: una solución D6 de VH administrado a un bebé de 5 meses contiene 4.5 millones de veces más compuesto activo de VH que la cantidad de sustancia activa de TB requerida para una dosis letal 50.

No hay lugar a dudas que el VH no es tan tóxico como la TB, pero la cantidad de compuesto activo en una solución D6 de VH, del orden de nanogramos, no sólo es notablemente real, sino que entonces es imposible negar que tiene que tener efectos totalmente bioquímicos, en el sentido convencional científico y farmacológico («alopático»), sobre un ser humano.

Por lo tanto un medicamento que tiene alcaloides tóxicos y sustancias similares como el VH en una disolución D6, en la práctica tiene suficiente compuesto activo para que sus efectos “alopáticos”, es decir, los efectos que tiene una medicina convencional nada más que por sus efectos bioquímicos, sean no sólo reales sino que podrían explicar por qué el medicamento funciona, sin necesidad de decir que es la homeopatía la que lo hace.

VH D6, D10 o D30 ¿quién es el responsable?

Si se recuerda la fórmula del Engystol, además de la disolución D6 de VH, que tiene suficiente compuesto activo para explicar un convencional efecto farmacológico, Engystol también tiene VH en disoluciones D10 y D30. La pregunta es ¿Cuál de estas tres disoluciones, D6, D10 y D30, es la (¿principal?) responsable de que Engystol funcione como medicamento?

El problema es que, a partir de estudios mostrados, donde el medicamento probado o aplicado tiene siempre las 3 disoluciones presentes, no hay cómo distinguir cuál de ellas es la responsable, o la más responsable, por cualquier efecto positivo del medicamento, con lo que al final la formulación de Engystol oculta si el medicamento realmente funciona por su componente de VH en concentraciones de compuesto activo equivalentes a la medicina científica convencional (disolución D6), o por la presencia de VH en concentraciones homeopáticas como D10 o D30.

El laboratorio Heel vende Engystol bajo la etiqueta de producto “homeopático” sin haber demostrado que son los compuestos en altas disoluciones homeopáticas, cuando la virtual ausencia de compuesto activo excluye cualquier explicación bioquímica convencional, las que explicarían la aparente efectividad del medicamento.

Por ello, decir que Engystol es un medicamento “homeopático” que ha sido “demostrado científicamente efectivo”, pasa a ser algo que no se puede afirmar, pues los estudios de Engystol no demuestran que es la homeopatía la que sí funciona por sobre una explicación farmacológica convencional.

Pero en realidad, sí es posible demostrar si es o no la homeopatía la que sí funciona detrás de este medicamento, y eso podría estar en manos del propio laboratorio Heel, quienes tienen la capacidad de producir el medicamento en forma segregada.

Carta abierta al laboratorio Heel

Señores Laboratorio Heel.

Dado que Uds. han logrado descubrir un medicamento que muestra resultados positivos en la recuperación de niños afectados por enfermedades respiratorias virales, Uds. tienen una gran responsabilidad en encontrar cuál es el contenido de su medicamento Engystol que es responsable de estos positivos resultados.

Dado que su medicamento, en las versiones de comprimidos e inyectables, es un cóctel de varias disoluciones de un mismo compuesto, Uds. indirectamente no permiten que se pueda saber si es la técnica homeopática (diluir más y más un compuesto para hacer más poderoso su efecto sanador) o si es la farmacología convencional (efectos bioquímicos de las sustancias sobre el cuerpo humano) la que está detrás del éxito y efectividad de este medicamento.

Por ello, no bastan estudios como el presentado por Torbicka1998, donde Engystol es testeado en forma aleatoria, ciega y controlada pero probando un “paquete” de varias medicinas, para lograr ese objetivo. Lo que se requiere es testear cada uno de los componentes de ese medicamento bajo un protocolo similar igual de exigente (prueba aleatoria, significativa, controlada y con doble ciego) donde se pueda someter a prueba cada uno de los elementos de la fórmula de Engystol:

  • Un grupo placebo de control, que reciba pastillas sin compuesto activo alguno.
  • Un grupo que reciba Vincetoxicum hirundinaria en disolución D6.
  • Un grupo que reciba Vincetoxicum hirundinaria en la dosis equivalente a D6 pero sin ser un preparado homeopático (grupo de control farmacológico).
  • Un grupo que reciba Vincetoxicum hirundinaria en disolución D10.
  • Un grupo que reciba Vincetoxicum hirundinaria en disolución D30.
  • Un grupo que reciba Sulfur en disolución D4.
  • Un grupo que reciba Sulfur en la dosis equivalente a D4 pero sin ser un preparado homeopático (grupo de control farmacológico).
  • Un grupo que reciba Sulfur en disolución D10.
  • Un grupo que reciba Engystol en su fórmula convencional (VH D6, D10, D30 y Sulfur D4, D10).

El resultado de esta prueba realmente daría la respuesta a si son las dosis de “Vincetoxicum hirundinaria” en disoluciones homeopáticas altísimas como D30 las que realmente explican la efectividad de Engystol, cosa que además podría dar fundamentos para decir que la homeopatía sí funciona, o si en cambio son las disoluciones bajas con gran cantidad de compuesto activo D4 “Sulfur” o D6 de “Vincetoxicum hirundinaria” las que explican la efectividad de Engystol, cosa que demostraría que es la farmacología convencional la responsable del éxito del medicamento y no la homeopatía.

Y lo más importante: si se demuestra científicamente que lo que realmente funciona de Engystol son bajas disoluciones del tipo de la farmacología convencional, cuando el compuesto activo es medible y su acción es netamente bioquímica y farmacológica, y además son equivalentes a los resultados del grupo que recibe los compuestos preparados farmacológicamente, entonces les pido que Uds. como un laboratorio serio y de verdad preocupados por producir los mejores medicamentos posibles para la salud de sus clientes,  por favor abandonen la estrategia de producir productos y vender productos bajo la etiqueta de “homeopáticos”, pues Uds. mismos ahora sabrán con pruebas incontestables que no es la homeopatía la que funciona.

Lo que nuestra sociedad necesita es medicina efectiva que ayude millones de niños en todo el planeta a recuperarse y salvar sus vidas, pero necesitamos hacerlo bajo un paradigma científico y no simplemente utilizar algo llamado “homeopatía” sin evidencia de peso que demuestre es lo que realmente funciona.

El encontrar la cura al resfriado, catarro y otras enfermedades  respiratorias virales y, más aún, mediante métodos homeopáticos, sin aclarar esta disyuntiva, estaría impidiendo, desafortunadamente, que vuestro equipo investigador se gane un merecido premio Nobel, si es que vuestra afirmación de que Engystol funciona por ser un medicamento homeopático, es científicamente correcta; ¿qué esperan?

Referencias

Enlaces relacionados