¿Debemos asumir el naturalismo para hacer ciencia?

por | 8 abril, 2013
«Porque la evolución es verdadera»,
libro de divulgación de Jerry A. Coyne.
Imagen: Buscalibre.com
A la hora de discutir la veracidad de cualquier afirmación sobrenatural, es habitual que sus defensores o sus adherentes acusen a los escépticos de una variedad de cargos variopintos: que nosotros no investigamos nada, que no sabemos nada, que depender de la ciencia (o exigir evidencia científica) es ser “cerrados de mente” y que, de todas maneras, si la ciencia quisiera investigar, tampoco podría saber nada porque, al final, “en el universo hay más cosas de las que la ciencia o nuestros sentidos pueden detectar”; ergo, cualquier afirmación sobrenatural que nuestro acusador apoye debe ser, desde su punto de vista, no sólo cierta sino que además totalmente fuera del alcance de nuestras “cerradas mentes”.
Como hay mucho que decir en contra de tales acusaciones, cuando leí una publicación de Jerry A. Coyne en su blog “Why Evolution is True” (1 de abril de 2013) que justamente toca este tema, consideré que intentar escribir algo por mi cuenta era innecesario.
Para quienes no lo conozcan, Jerry A. Coyne es doctor en biología evolutiva de la Universidad de Harvard, profesor del departamento de Ecología y Evolución de la Universidad de Chicago y es, en última instancia, un científico de tomo y lomo. Además, es autor del libro de divulgación científica “Porqué la evolución es verdadera” (Why Evolution is True), el cual es una delicia de leer para quienes de verdad quieren entender sobre ese particular tema. Y, por supuesto, Jerry A. Coyne es el propietario de su blog homónimo.
Así que, como AECH, solicitamos autorización al doctor Coyne para realizar una traducción y publicación de su post “Must we assume naturalism to do science?”, quien accedió amablemente a ello, y el resultado final es el texto que dejo a vuestra disposición a continuación. Espero lo disfruten.
Nota del traductor: se han insertado algunos comentarios aclaratorios encerrados entre corchetes […] y no están (necesariamente) en el texto original. Todas las atribuciones al pronombre “Yo” y las afirmaciones en primera persona en el texto traducido aluden a su autor, Jerry A. Coyne.

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¿Debemos asumir el naturalismo para hacer ciencia?

Por Jerry A. Coyne
Yonatan Fishman me envió una publicación (disponible gratuitamente en línea) que él recién publicó con Maarten Boudry (ambos son filósofos y hemos discutido el trabajo de Boudry antes; vean acá y  acá).  El tema es de interés tanto para los secularistas como para los científicos: la afirmación de que la ciencia puede estudiar únicamente los fenómenos “naturales” y que es impotente ante las afirmaciones sobrenaturales.
Si usted ha seguido los debates entre ciencia versus creacionismo, usted sabe que a menudo involucran disputas respecto del “naturalismo” en ciencia. Hay dos tipos de naturalismos en discusión:

  • Naturalismo Metodológico (NM): este es, como Fishman y Boudry (F&B;) lo definen, “el punto de vista de que la ciencia, en virtud de sus métodos, está limitada al estudio de los fenómenos ‘naturales’ y que no puede considerar o evaluar hipótesis que se refieren a entidades sobrenaturales”.
  • Naturalismo Ontológico (NO; a veces llamado “naturalismo filosófico”): este es, como F&B; explican, “la tesis metafísica de que las entidades y fenómenos sobrenaturales no existen”.

Como Ud. debe saber si ha leído este sitio [N.d.T: el blog “Why Evolution Is True”], yo no adhiero al punto de vista de que la ciencia debe casarse a priori con ninguno de esos dos puntos de vista [NM o NO]. Aunque nosotros [los científicos] usamos los métodos de la razón, experimentación, replicación y así, sucesivamente para estudiar los fenómenos en la naturaleza, no estamos limitados a estudiar fenómenos puramente naturales – esto es, a menos que se defina “fenómeno natural” como todos aquellos susceptibles de la investigación científica, en cuyo caso tal afirmación se transforma en una tautología.
Y, en efecto, los científicos han estudiado fenómenos “sobrenaturales” y “paranormales” antes, incluyendo la percepción extra-sensorial (PES), las oraciones de intercesión y similares.
F&B; están de acuerdo y argumentan en su publicación que la ciencia puede, en efecto, estudiar los fenómenos sobrenaturales si uno adhiere a la definición de sobrenatural [que ellos proponen]:

“Así, por el bien del argumento, adoptaremos una definición de trabajo ‘amplia’ de ‘sobrenatural’ como aquello que se refiere a entidades o fenómenos que poseen una o más de las siguientes características: (1) Operan en maneras que fundamentalmente violan nuestro actual entendimiento de cómo funciona el mundo, (2) existen fuera de la realidad espacio-temporal de nuestro universo (aunque pueden aún interactuar causalmente con nuestro universo), y (3) sugieren que la realidad está, en el fondo, llena de propósito y funciona como una mente, en el sentido particular de que implica un rol central para la humanidad y para los problemas humanos en el esquema cósmico. Nosotros no esperamos que esta definición abarque todos los usos del término, ni tampoco que todos estén de acuerdo en las características que hemos incluido bajo esta definición.”

Su publicación es una crítica a una publicación anterior en la misma revista, escrita por Martin Mahner (referenciado abajo), el cual argumenta que lo sobrenatural es inmune al estudio científico.
Ahora, algunos de ustedes argumentarán, tal vez, que una vez que un fenómeno es estudiado y confirmado por los métodos de la ciencia, debe ser natural en vez de sobrenatural. Pero, como mencioné previamente, eso es tautológico, y no es cierto si uno define lo “sobrenatural” como lo hacen F&B.; Su definición por supuesto incluye las afirmaciones religiosas, por lo que tales cosas pueden de hecho ser estudiadas por la ciencia. Y es innegable el caso que la ciencia puede y ha estudiado cosas como los fenómenos PSI [parapsicológicos] y las oraciones de intercesión. La ciencia puede estudiar otros fenómenos sobrenaturales, como los milagros, la danza de la lluvia, la brujería, y así sucesivamente, de manera que las afirmaciones religiosas no están fuera de sus límites. De acuerdo a F&B;, la ciencia estudia no lo que es natural, pero lo que es real, y ellos prefieren usar el término “realismo ontológico” por sobre el de “naturalismo ontológico”. Yo estoy de acuerdo:

“Sin embargo, mantenemos que el realismo ontológico, a pesar de que puede parcialmente explicar el éxito de la ciencia, es una conclusión revocable de la ciencia – una a la cual se arriba al tomar en cuenta la evidencia. Lo que hace a algo ‘real’, y no solo un producto de nuestra imaginación o una construcción social, es que exhibe un patrón consistente [de comportamiento] independientemente de (o en efecto, a pesar de) nuestras creencias subjetivas, pensamientos, sesgos o deseos. Ya sea que hayan o no fenómenos que cumplen con este criterio, eso es algo empíricamente descubrible a través de la ciencia. El realismo ontológico de las entidades descritas por la ciencia es la conclusión de una inferencia a la mejor explicación basada en la evidencia disponible, y no una presuposición de la ciencia.”

Hay dos importantes puntos aquí.
Primero, los fenómenos tradicionalmente vistos como “sobrenaturales” y “religiosos” claramente caen dentro del ámbito de la ciencia. ¿Por qué eso tan importante? Por dos razones. Primero, hace que las afirmaciones religiosas acerca de lo que es “real” sean directamente susceptibles al escrutinio científico. Se puede conceder que poner a prueba cosas como la Resurrección [de Jesús] es difícil ya que son eventos que ocurren una sola vez (de hecho, es por eso que el cristianismo últimamente descansa en esa afirmación en vez de otras afirmaciones escriturales que pueden ser fácilmente refutadas), pero la ciencia ya ha puesto a prueba y refutado otras afirmaciones religiosas, como la creación instantánea de la vida, el gran diluvio universal de Noé, el éxodo desde Egipto, la edad joven de la tierra [N.d.T: afirmación de que la tierra tiene sólo de 6.000 a 10.000 años de antigüedad de acuerdo a la narración bíblica], y así sucesivamente. ¿Qué son todas ellas sino afirmaciones sobrenaturales?
Lo anterior hace picadillos, entonces, a un importante argumento acomodacionista [N.d.T: acomodacionismo es la postura de que ciencia y religión deben convivir sin cuestionar una a la otra, también conocido como Separación de Magisterios (N.O.M.A., “Non Overlapping Magisteria”)]: que la ciencia y la religión estudian cosas diferentes, y que la ciencia no tiene nada que decir respecto de la religión. Esta es la metáfora empleada por el Centro Nacional para la Educación Científica (NCSE), la Academia Nacional de Ciencias (NAS), y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) [N.d.T: todas ellas organizaciones Estadounidenses]. Pero -perdonen mi exabrupto- ese argumento es basura. Muchos teólogos (incluyendo a Haught, Polkinghorne, y Swinburne) argumentan que la religión, de hecho, hace declaraciones de veracidad concretas acerca de la realidad, y así estas declaraciones epistémicas pueden ser abordadas por el realismo ontológico.
Las organizaciones acomodacionistas como el NCSE y la NAS argumentan que la ciencia no puede abordar lo sobrenatural por una única razón: ellos quieren mostrar que religión y ciencia pueden coexistir armoniosamente. Si las afirmaciones religiosas pueden ser definidas fuera del ámbito de la ciencia, eso hace más fácil acomodarlas [al lado de la ciencia].
Esto es bastante NOMA-esco [N.d.T: NOMA es la sigla de Non Overlaping MAgisteria, o “Magisterios no sobrepuestos” entre ciencia y religión], pero está equivocado. La ciencia ha, puede, y continuará abordando lo sobrenatural. ¿Qué otra cosa es lo que hacen los estudios financiados por la Fundación Templeton para el estudio de la oración de intercesión (un estudio, por cierto, que mostró que la oración no tiene efecto)?
Yo una vez discutí este problema con Eugenie Scott, cabeza del NCSE, y ella no tuvo respuesta. Ella se mantuvo insistiendo que la ciencia no puede abordar lo sobrenatural, a pesar de mi demostración a ella de que puede y lo hace. De hecho, su afirmación se basa más bien en razones políticas que en la ciencia o la filosofía: su afirmación de que la ciencia asume el Naturalismo Metodológico es una manera de inmunizar a la religión del estudio científico, y de esta manera mantiene a los fieles religiosos felices. Y cuando los fieles religiosos están felices, tal vez ellos se nos unirán en oposición al creacionismo.
Segundo, la ciencia nunca ha asumido el Naturalismo Metodológico como un dictado a priori de cómo ella debe operar. La ciencia es simplemente un método de estudiar qué es real, y encontrar la mejor explicación usando la observación, predicción, replicación, experimentación, y así sucesivamente. No hay nada en el método que dicte que “estudie solamente fenómenos naturales”. El hecho de que hemos provisto de explicaciones naturales para lo que es real, es simplemente un resultado de usar el método, y sugiere que no hay, de hecho, ningún fenómeno sobrenatural. Pero la ciencia podría haber detectado tales fenómenos si ellos existieran. F&B; proveen una lista:
1. Oraciones de intercesión que pueden curar los enfermos o hacer crecer miembros amputados.
2. Que solo las oraciones de intercesión católicas son efectivas.
3. Cualquiera que usa el nombre del profeta Mahoma en vano es inmediatamente golpeado por un rayo, y todos aquellos que oran a Alá cinco veces al día están libres de enfermedades y mala fortuna.
4. Se descubre una grosera inconsistencia en el registro fósil y las técnicas de datación independientes que sugieren que la tierra tiene menos de 10,000 años de antigüedad -así confirmando los relatos bíblicos y arrojando dudas respecto de la veracidad de la evolución Darwiniana y los descubrimientos previos en la geología y la cosmología.
5. Información específica o profecías que se dice que fueron adquiridas durante experiencias cercanas a la muerte (NDE) o vía revelación divina son posteriormente confirmadas -asumiendo que las maneras convencionales de haber obtenido esa información han sido efectivamente descartadas.
6. Aparece una demostración científica de percepción extrasensorial u otros fenómenos paranormales (por ejemplo, psíquicos ganando en forma rutinaria una lotería).
7. Se descubren facultades mentales que persisten a pesar de la destrucción del cerebro físico, así dando soporte a la existencia de un alma que puede sobrevivir a la muerte corporal.
8. Las estrellas se alinean en el cielo formando la frase, “Yo existo – Dios”.
Algunos de ustedes dirán que estos fenómenos podrían ser causados por alienígenas espaciales o por entes similares, y así bien podría ser un fenómeno “natural”. Pero yo, por mi parte, consideraría algunos de esos fenómenos como soporte para afirmaciones religiosas (por ejemplo el #2 y el #3), y como evidencia provisional de [la existencia de] una entidad divina.
Debido al repetido éxito de la ciencia al explicar la realidad como un resultado de los fenómenos naturales y no de los sobrenaturales, hemos eventualmente llegado al “Naturalismo Ontológico” como una posición filosófica basada en lo empírico: ya que no ha habido evidencia para nada sobrenatural (como lo definen F&B;), nosotros podemos provisionalmente asumir que las entidades y los fenómenos sobrenaturales no existen. Como la filósofa Barbara Forrest ha señalado (para mucho pesar del NCSE, yo sospecho), el Naturalismo Ontológico -ella lo llama “Naturalismo filosófico”- es una cosmovisión que ha crecido a partir de la repetida aplicación de la ciencia, y no desde una reflexión a priori. El Naturalismo Ontológico es así una cosmovisión coherente que puede ser justificada a partir de la experiencia, y no desde premisas filosóficas.
Finalmente, F&B; notan (y de nuevo yo estoy de acuerdo) que declarar que lo sobrenatural está fuera de los límites de la ciencia, aunque parece ser útil para los acomodacionistas, es en realidad perjudicial para la ciencia en algo muy importante. Esto es porque el programa del creacionismo de “Diseño Inteligente” incluye la crítica a los científicos por ser “cerrados de mente” por el hecho de excluir lo sobrenatural de plano. Nosotros los científicos, ellos dicen, estamos sesgados por nuestra adherencia al Naturalismo Metodológico, y así estamos condenados a ignorar las supuestas evidencias a favor del diseño inteligente (este argumento también lo hacen los que abogan por los fenómenos paranormales como la percepción extra-sensorial, PES).
La afirmación de F&B;, y también mía, es que nosotros no debemos excluir lo sobrenatural como un principio básico. El creacionismo y su aparentemente atractivo primo, el diseño inteligente, no deben ser desestimados porque ellos invoquen lo sobrenatural, sino que simplemente porque no hay evidencia que los apoyen. Después de todo, es teóricamente posible que toda la vida apareciera en un instante hace 6.000 años atrás y se mantuviera sin cambios desde entonces. Ese es un punto de vista religioso, pero también un punto de vista científico. Y es erróneo.
Yo les doy a F&B; la última palabra:
“Nuestro examen a la capacidad de ser sometidas a pruebas científicas de las hipótesis sobrenaturales y, en forma más general, al problema de si la ciencia presupone o no el Naturalismo Ontológico tiene directa implicancia para las políticas de educación en ciencias. Si, como hemos argumentado, la empresa científica no requiere un compromiso a priori con presuposiciones metodológicas o metafísicas, en particular el principio de “no-sobrenaturalidad” que postula Mahner, entonces los científicos y los profesores de ciencias no deben rechazar las explicaciones sobrenaturales de plano. Más bien, ellas deben ser rechazadas sobre la base de que ellas fallan en satisfacer los criterios generales de una buena explicación científica. Por ejemplo, Evan Fales escribe:

La razón por la que el diseño inteligente no es buena ciencia no es porque invoque a un creador sobrenatural. El diseño inteligente no es buena ciencia porque los argumentos empíricos que aporta fallan en sus propios méritos – por ejemplo, porque el criterio de complejidad irreductible (o “especificada”) es defectuoso, es una [falacia de] petición de principio, o no es demostrablemente aplicable a ningún organismo conocido (Fales 2009).

Así, el diseño inteligente no debe ser enseñado en las clases de ciencia como una alternativa a la evolución Darwiniana no porque pueda hacer referencia a un diseñador sobrenatural, sino que más bien porque sus afirmaciones no alcanzan los estándares de una buena explicación (ver también Clark 2009; Laudan 1982). De acuerdo a autores previos (Martin 1994), creemos que el enseñar a los estudiantes de ciencia cómo pensar críticamente y cómo evaluar las hipótesis de acuerdo a un criterio de una buena explicación científica (tal vez usando los marcos bayesianos y de teoría de la información señalados anteriormente) es tan importante como enseñarles qué pensar. En consecuencia, excepto por el propósito de enseñar habilidades de pensamiento crítico y la historia del pensamiento científico, los profesores de ciencia no necesitan gastar su tiempo (y el de sus estudiantes) en considerar teorías desacreditadas tales como el creacionismo de la tierra vieja, la teoría del flogisto, que las enfermedades se deben a la posesión demoniaca, la radiestesia, la cirugía psíquica, el espiritismo, el fenómeno PSI, la teoría de la tierra plana, la homeopatía, la astrología, la frenología, o la astronomía Ptolemaica. De nuevo, el rechazo de estas teorías no se basa en que la ciencia posea presuposiciones metodológicas o metafísicas, sino que se basa en que todas esas teorías hacen predicciones que están en conflicto con la evidencia disponible o ellas no son parsimoniosas.”
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Referencias:

  1. Fishman, Y. I. and M. Boudry. 2013. Does science presuppose naturalism (or anything at all)? Science & Education, publicado online, DOI 10.1007/s11191-012-9574-1.
  2. Mahner M. 2012. The role of metaphysical naturalism in science. Science & Education 21:1437-1459.