Supernova: Educación en crisis

por | 4 enero, 2013

La Gente ya no mira el Cielo, mira la TV, mira el Reality

En esta entrevista realizada por el periódico “La Pulenta” el 19 de noviembre de 2012 al astrónomo y Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999, José María Maza Sancho, nos ilustra sobre el descubrimiento y estudio actual de las supernovas. Siempre fiel a su estilo, también abordó el objeto del estudio científico en contraste con la creencia religiosa y la crisis del nuestro sistema educacional chileno.

En esta ocasión, quisiera destacar su apreciación respecto de la influencia que ha tenido y tiene nuestro desigual y paupérrimo sistema educativo en el estudio de la astronomía en particular, de la ciencia en general, y sobre el mito de la dificultad de estudiarlas. Estas experiencias las recoge a propósito del Proyecto Explora, fomentado por CONICYT para la difusión de la ciencia, que le ha dado la oportunidad de recorrer todo el país haciendo charlas sobre astronomía y ciencias en colegios y universidades.

Toda la entrevista es un deleite, pero sobre este tema destaco sus siguientes declaraciones (las cursivas son énfasis suyos y las negrillas son énfasis míos):

Sobre su creencia en Dios (minuto 14:03)

«[…] La ciencia procura responder los cómo [ocurre el fenómeno], que son preguntas que todo el mundo se puede poner de acuerdo en su respuesta. Los porqué no los sabe nadie… los científicos no nos preguntamos los porqué […] Los científicos no nos ponemos a filosofar de por qué esto o por qué aquello, sino simplemente vamos tratando de responder lo que tenemos delante de la nariz.»

Sobre la crisis en la educación (minuto 17:32)

«[…] Fui a un colegio […], a mí me encanta hablarle a los niños y contarles: “Mira, tú, de la cabeza a los pies eres extraterrestre. ¿Quieres ver un extraterrestre? Mírate al espejo, es el más cercano que tienes”. Un niño de 8-10 años, con ese tipo de tonterías, se sorprende. Yo creo que se deberían sorprender todos porque hay mucha gente que no tiene idea que él es extraterrestre de la cabeza a los pies, pero eso es ya otro cuento […]»

«Si Chile tuviera 3.000 colegios como el colegio que yo vi en Puerto Montt, en 10 años, Chile puede competir con Alemania, pero es un colegio es realmente espectacular. […] Se llama Colegio San Francisco Javier. Es un colegio que los jesuitas construyeron en Puerto Montt hace 5 años y es lejos, pero lejos, el mejor colegio que he visto en mi vida. Tiene una infraestructura extraordinaria […]. Yo voy a todos los colegios, yo no soy sectario. A mí me parece que los niños que tienen muy pocos recursos necesitan tener una estimulación especial en sus neuronas, pero los niños que tienen más recursos, igual necesitan tenerlo, es decir, nadie tiene las neuronas demasiado estimuladas […]. El colegio de Pto. Montt […] había un Péndulo de Foucalt, había un esquema en el patio en 200mt del sistema solar puesto a escala, había una esfera metálica que estaba puesta en la mitad de la nada simplemente por la belleza de ver una esfera metálica de dos metros; el laboratorio de biología estaba lleno de cosas en la pared, en los muros de todos los pasillos estaba la serie de Fibonacci, estaba la sección áurea, había una cinta de Moebius. Había un modelo del ADN de nueve metros de altura en un pasillo. Es que, por donde uno iba, hasta en los baños, en vez de decir las cosas típicas que uno lee en los baños […], en todas partes está lleno de pura estimulación. Tenían una torre, una estación meteorológica, que daba todos los parámetros, ahí, a la entrada del colegio. Y me decían que a los niños los agarran y los hacen graficar la temperatura, la presión barométrica, comparar la humedad relativa con la velocidad del viento… porque usan los datos de la estación… tenían un telescopio […] en el piso más alto, una cupulita, un telescopio como de 30cm con una cámara CCD, con una pantalla, con computadores… un grupo de 30 niños está trabajando en astronomía… con ese tipo de estimulación, ¡es que no puedes fallar!»

Luego cuenta las penurias (ej.: Santa Matilde) de escuelas públicas abandonadas, sin espacio para biblioteca y pésima infraestructura física (ej.: Rungue).

«No es que en Chile no se pueda la cosa, es que no hay voluntad para gastar dinero en educación.»

«Armemos lío: yo estuve leyendo lo que se argumentaba cuando se pasó hace 100 años atrás la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria [LIPO] y los conservadores decían que, en realidad, Chile no estaba preparado para que los niños de 12-13 años perdieran el tiempo. Y, finalmente, los más avanzados tuvieron que tranzar que fueran sólo 4 años de Educación Primaria Obligatoria. Y había uno de estos próceres memorables que dijo: “bueno, los recursos del Estado son muy escasos”. Es que son las mismas palabras que uno escucha hoy día. Y “¿para qué lo vamos a desperdiciar en gente que no tiene ningún futuro?”, ¡weón!. Eso lo dijo un patán hace 100 años y lo siguen repitiendo otros hoy día […]. Y además lo repiten en forma pomposa como para que parezca-…»

«En la época en que se puso la LIPO, ¡el 60% de Chile eran analfabetos! Pero era considerado total-… El hijo del patrón, perdón, al hijo del patrón sí lo mandaban a Francia, pero el hijo del campesino tenía que llevar la carreta junto-… porque uno tenía campesinos para que tuvieran campesinitos, pues, ¿no? Y los campesinitos chicos tenían que ayudar al campesino más grande. Y ahora tenemos también fábricas de obreros en todas las barriadas de Santiago… Ahí se fabrican obreros, los obreros fabrican obreros y, bueno, algunos caen en la drogadicción, pero, bueno, eso de alguna manera nos vamos a-… algunos se encapuchan, también nos vamos a desentender de eso. Pero, el resto, los que salgan más ordenados, sirven para que, con un salario mínimo de 193 lucas, porque 200 lucas [~US$370] sería mucho… con eso nos trabajan en las fábricas de los papis nuestros

A continuación cuenta la historia de una escuela en Montenegro, que no queda en África, sino que a 65Km al norte de Santiago, pueblo rodeado en sus cuatro puntos cardinales por: el vertedero de basura de la ciudad de Santiago (más de 6 millones de habitantes echando basura al lado de Montenegro), un criadero con 30 mil cerdos, una instalación de la sanitaria Aguas Andina para tratar lodos y un relave minero de CODELCO (Corporación del Cobre, la principal minera chilena, estatal). «Según dónde sople el viento, te van llegando aromas» (y contaminantes), cursando clases a temperaturas gélidas (gélidas incluso adentro de las salas).

«Después me empezaban a hacer unas preguntas y los ojitos les brillaban como les brillan los ojitos a cualquiera: a los niños del Colegio San Francisco Javier o a los niños de los Sagrados Corazones de Viña [del Mar]. Sí, a los niños de 8, de 9 años, a todos les brillan los ojitos. Algunos tendrán las mechas más tiesas y otros tendrán el pelo un poquitito más rubio, pero ¡da lo mismo! ¡Pero uno los puede estimular! Pero es que cuando los tienes en la mitad de la nada, con un olor pero terrible, con una cuestión- […]»

«Las escuelas públicas… yo quisiera invitar al Ministro de Educación que vaya a ver ¡lo que estamos haciendo en Montenegro, lo que estamos haciendo en Polpaico! ¡Esa cuestión es una vergüenza nacional! ¡¿Cómo es posible que tengamos un Alto Las Condes maravilloso y un Constanera Center, que es el edificio-… y tengamos la escuelita en Santa Matilde o en Huertos Familiares?! Es que realmente es el colmo, es una vergüenza, pero a nadie le interesa educar a la gente. Y, ahora, menos todavía. Y los alumnos llevan ya más de un año protestando y el Gobierno lleva más de un año ¡sin escuchar nada, sin entender nada!. Chile no puede ser un país [¿desarrollado?] si no tiene una educación pública transversal donde todos los hijos de esta tierra vayan a educarse.»

¿Qué más te llamó la atención a ti? ¿Qué se te ocurre para promover la enseñanza de ciencias en las escuelas? ¿Compartes su diagnóstico del problema?

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