Confusión entre Fitoterapia y Homeopatía, ¿La misma poción de la misma botica?

por | 19 enero, 2011

Es tan sencillo como proponer el tema de conversación, e inmediatamente se obtiene una lluvia de argumentos a favor de la homeopatía. Es posible que a usted le haya sucedido, o que usted mismo argumente a favor de tan bien valorada terapéutica por nuestra sociedad disconforme con la Medicina Tradicional. ¿Pero qué argumentos?

En publicaciones anteriores de la AECH («La homeopatía es un fraude médico«), así como en el Quinto Encuentro Escéptico («La homeopatía no tiene desarrollo científico, consistencia ni eficacia«), se ha evidenciado el fraude de la homeopatía , que no cuenta con ningún estudio científico que avale sus supuestas propiedades curativas. Sí, ningún estudio. ¿Pero entonces de donde vienen los argumentos sobre la efectividad de la homeopatía?

Es probable que usted haya escuchado decir cosas como “la medicina natural tiene efectos reales comprobados”, “los medicamentos se sacan de las plantas, se purifican de ellas”, que el jarabe de eucaliptus, la hierba de san juan, que el tecito de melisa, que el propóleo, etc… Si usted piensa que mucho de eso es verdad, yo también, es cierto, comprobado, utilizado por la industria farmacéutica, estudiado en Universidades serias, y buenas, y con prestigio ¿Pero usted se ha preguntado si eso es homeopatía?

Lo comúnmente llamado Medicina natural en base a hierbas, para el común de las personas no es homeopatía, ni siquiera se acerca, es en realidad “Fitoterapia”. Esta es el uso extractivo de plantas medicinales, o sus derivados con fines terapéuticos, para prevención o tratamiento de patologías. Se basa en extractos no puros o concentrados de una mezcla de sustancias obtenidas en base a plantas, entre las cuales se tiene (n) alguna (s) con actividad biológica. Por ejemplo usted puede obtener aspirina (en su forma no acetilada) haciéndose un tecito de corteza de Sauce. Puede obtener un efecto estimulante del sistema nervioso, en base a un cafecito, o un tecito que le dará cafeína más teofilina, al mismo tiempo inhibirá su hormona vasopresina, y lo hará orinar más de lo normal (si, usted lo ha notado).

Es posible también que usted haya escuchado a personas que les han “recomendado” hierba de san juan para la depresión y, como buen escéptico indique a esas personas al psiquiatra. No está nada mal invitar a esa persona a acudir al profesional competente, la automedicación es peligrosa, especialmente por el contenido variable de hipericinas (familia de compuestos que inhiben la enzima dopamina β-hidroxilasa, aumentando los niveles de dopamina), que tienen una acción biológica comprobada.

Inmediatamente intuimos que Fitoterapia y Homeopatía no tienen nada que ver una con otra. Mientras una está entre las bases de la farmacología moderna, la otra es una estafa pseudocientífica que se intenta mimetizar, confundiéndose con terapias de bases reales, no imaginarias. Mientras en una podemos encontrar el Taxol (fármaco antitumoral extraido de la corteza del Tejo del pacífico), en la otra no encontramos más que agua y azúcar.

Así que cada vez que le digan medicina natural, por favor dedique unos minutos a abrirle los ojos a su interlocutor, que probablemente conoce las bondades de las plantas, y las confunda con las “agüitas” de Hanneman.

Por último, aunque la Fitoterapia no sea una alternativa tan segura como la farmacología moderna (no sabemos las dosis, solo rangos amplios), no podemos descartar que en algunos casos, y para ciertas dolencias, pueda ser menos estresante hacer un tecito de melisa, que gastar tiempo, bonos, medicamentos, y una atención hostil.